Según Webconsultas.com. Antes de alarmarnos porque no recordamos el nombre de una persona que nos acaban de presentar, o lo que comimos el domingo, hay que señalar que aunque no afecte a todas las personas por igual, es normal tener ciertos despistes y fijar los recuerdos cuando ya no somos tan jóvenes.
Entre las principales causas de los olvidos y despistes que sufren las personas mayores están el estrés continuado y la acumulación de tareas. La mayoría de los adultos mayores tienen que estar pendientes del trabajo, el mantenimiento de la casa o el cuidado de otros (hijos, padres, nietos, mascotas…), y por ello deben priorizar y atender primero lo más relevante, dejando en un segundo plano las tareas que pueden esperar. Además, el olvido es saludable y necesario, y la memoria, selectiva, porque en caso contrario enloqueceríamos con el bombardeo de estímulos que recibimos permanentemente a través de los sentidos.
Los trastornos emocionales como la ansiedad o la depresión también afectan a las capacidades cognitivas y pueden dificultar el desempeño de las tareas habituales y perjudicar la memoria a corto plazo, aunque esto se resuelve tratando el problema emocional.
El consumo o la exposición a sustancias tóxicas, como el alcohol, el cannabis, la cocaína, o el tabaco, entre otras, puede provocar un daño permanente en el cerebro que tenga como consecuencia la pérdida de memoria y otras funciones cognitivas, que se acentúa al llegar a la edad adulta.
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