Alemania da luz verde al Nord Stream 2 en medio de la tensión con Rusia, por María G. Zornoza
Alemania ha dado luz verde a la construcción del gaseoducto Nord Stream 2, la infraestructura que conectará a Rusia y Alemania por el fondo del mar Báltico, en medio de la tensión con Moscú por el envenenamiento de un ex espía ruso en suelo europeo. El proyecto genera no pocas críticas entre varios Estados miembros y la propia Comisión Europea, algunos de los cuales creen que altera la estabilidad energética de Europa en beneficio ruso.
Alemania dio ayer su ‘ja’ al Nord Stream 2. Ahora falta el beneplácito de Rusia, Finlandia, Suecia y Dinamarca, según ha informado la propia compañía, que espera que sus permisos lleguen a lo largo de 2018. A través de un comunicado ha confiado en que la construcción comenzará este mismo año, probablemente en primavera, “tal y como estaba planeado”.
El gaseoducto es uno de los temas más polémicos de los últimos años en Europa. Comisión y algunos estados lo ven como una amenaza económica y a la seguridad energética; mientras que Alemania lo defiende a capa y espada. También cuenta con el beneplácito de Austria y Países Bajos. El 2017, el Ejecutivo comunitario afirmó que el Nord Stream 2 estaba fuera de sus competencias legislativas.
Su principal objetivo es transportar el gas directamente de Rusia a Alemania sin necesidad de pasar por países como Polonia. Ucrania y Estados Unidos alegan que es un instrumento político que dotará de influencia a Rusia y dejará a Kiev a su merced.
En 2011, comenzó a estar operativa la tubería Nord Stream 1, con una longitud de 1.200 kilómetros bajo el mar Báltico. En 2015, Gazprom anunció la construcción de un segundo gaseoducto, Nord Stream 2, que sería construida de forma paralela y con la misma capacidad. Según Gazprom, el proyecto es beneficioso económicamente.
El principal importador gasístico de la UE es Rusia, que supuso el 42% del total en 2016; le siguen Noruega (34%) y Argelia (10%). La búsqueda de fuentes alternativas no resulta sencillo para la UE. Varias empresas buscan gas en el Mediterráneo, pero escollos como la división de Chipre lo dificulta con frecuencia.
El movimiento de Berlín llega en uno de los picos de mayor tensión entre la UE y Rusia de los últimos años. Ya son 18 los Estados miembros -19 con el Reino Unido-, que han expulsado a diplomáticos rusos por el envenenamiento del ex espía ruso Skripal y de su hija en la localidad inglesa de Salisbury con un agente nervioso. La UE considera que no existe “explicación alternativa plausible” a que la mano de Moscú esté detrás del intento de asesinato. Ambos permanecen graves en el hospital.