Moverse: Un hábito que cambia la trayectoria del envejecimiento

NOTI-AMERICA | COLOMBIA
Envejecer con dignidad no debería ser un privilegio, sino un derecho. Y una de las herramientas más efectivas para lograrlo está al alcance de todos: la actividad física. Numerosos estudios científicos han demostrado que moverse sin importar la edad en que se comience es una estrategia poderosa para prolongar la autonomía, prevenir enfermedades, vivir más y mejor.
Contrario a la creencia común, no es necesario haber sido un atleta desde joven para disfrutar de los beneficios del ejercicio. Empezar a moverse en la adultez o incluso en la vejez sigue teniendo un impacto significativo. La ciencia es clara: el cuerpo humano está diseñado para moverse, y mientras más lo hace, mejor envejece.
La actividad física como medicina preventiva natural
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado la inactividad física como uno de los principales factores de riesgo de muerte prematura en el mundo. Se estima que el sedentarismo es responsable del 9% de todas las muertes globales, superando incluso al tabaquismo en algunos países desarrollados.
Frente a esto, el ejercicio se presenta como una “polipíldora” natural:
- Reduce en un 35% el riesgo de infarto y enfermedades coronarias, según la American Heart Association.
- Disminuye en un 45% la incidencia de hipertensión arterial si se incorpora antes de los 50 años.
- Reduce en un 30% la aparición de diabetes tipo 2, según estudios del National Institutes of Health.
- Mejora el estado de ánimo, la autoestima y la calidad del sueño, especialmente en adultos mayores.
“La actividad física no solo ayuda a prevenir enfermedades, sino que ralentiza el proceso de envejecimiento en sí mismo, las personas que se ejercitan de forma regular presentan una menor tasa de pérdida ósea, muscular y cognitiva. Envejecer no tiene por qué significar deterioro automático, y el ejercicio es el mejor aliado para lograrlo.” explica la Dra.Victoria Ospina Líder en Investigación de Entrenamiento y Salud de App Bodytech
Rafael Socarrás, Vicepresidente de Tecnología e Innovación y líder de App Bodytech, lo confirma: “Vemos cada vez más personas mayores que llegan a los 70 u 80 años con fuerza, equilibrio y plena autonomía. El factor común en muchos de ellos es haber incorporado el movimiento como parte de su rutina diaria, incluso si comenzaron a hacerlo después de los 40 o 50 años.”
¿Y si empiezo tarde? También hay beneficios
Un estudio de la Harvard T.H. Chan School of Public Health (2022) reveló que las personas que comienzan a hacer ejercicio moderado entre los 40 y 60 años todavía logran reducir su riesgo de enfermedades que ponen en riesgo la vida en más de un 30%, comparado con quienes se mantienen inactivos.
“No hay un punto de no retorno”, asegura la Dra.Victoria Ospina Líder en Investigación de Entrenamiento y Salud de App Bodytech. “A cualquier edad, el cuerpo y la mente responden al movimiento. El ejercicio no solo fortalece músculos y huesos, también libera endorfinas, mejora la autoestima y le da al adulto mayor un propósito diario que impacta positivamente su salud emocional.”
Rutinas adaptadas para cada etapa
El valor del ejercicio no radica en su intensidad, sino en su constancia y en la capacidad de adaptarse a cada etapa de la vida. El entrenamiento de fuerza debe estar presente en todas ellas. Aquí te compartimos algunas recomendaciones según la edad:
- De los 20 a los 40 años: combina entrenamiento cardiovascular y de fuerza para construir una base física sólida que te acompañe en el futuro.
- De los 40 a los 60 años: caminar a paso rápido, practicar yoga o pilates, mantener el fortalecimiento muscular y andar en bicicleta son excelentes opciones para prevenir enfermedades metabólicas y cardiovasculares.
- A partir de los 60 años: prioriza ejercicios de bajo impacto, movilidad articular, entrenamiento de equilibrio (como el tai chi), trabajo con bandas de resistencia y caminatas suaves para conservar la independencia funcional.
Ejercicio y longevidad con propósito
Más allá del impacto físico, el movimiento da sentido y estructura a la vida diaria. Muchos adultos mayores que mantienen rutinas activas no solo viven más, sino que viven mejor: mantienen su independencia, participan en actividades sociales, conservan funciones cognitivas y disfrutan de una mejor salud emocional.
Moverse es dignidad
Incorporar el ejercicio como parte de la vida, ya sea en la infancia, la juventud o la adultez, es una de las decisiones más poderosas que una persona puede tomar.
No se necesita un gimnasio ni grandes metas atléticas. Hoy, la tecnología pone al alcance de todos herramientas para hacer rutinas adaptadas a cada necesidad, en cualquier lugar y a cualquier hora. Solo se necesita constancia, intención y un poco de movimiento cada día.
Porque envejecer con salud no es cuestión de suerte: es una construcción diaria.
Moverse es el primer paso hacia una vejez con plenitud, autonomía y dignidad.
Comentarios recientes