«¡Mirá! ¡El cielo está violeta!», exclamó una joven este sábado por la tarde mientras recorría la kilométrica entrada de Tecnópolis para llegar a la primera fecha de Futttura, el innovador festival que presentó Tini Stoessel. Y es que a pesar de que arrancó con un traspié climático -la función del viernes se pasó al lunes por las fuertes lluvias- al momento de la apertura de puertas el sol iluminó el lugar y el cielo despejado parecía una pintura en homenaje a los primeros pasos de la artista en Disney.
A pesar que había mucho amontonamiento y filas de más de una hora y media para el ingreso -con una sola puerta habilitada para todos los sectores- el clima entre la gente era de felicidad y disfrute absoluto. Cada esquina parecía un desfile de modas: los fans no escatimaron para nada y se esforzaron al máximo para recrear los looks que usó Tini a lo largo de los años con una dedicación que pocas veces se ve. Mientras más recorrías el lugar, más entendías el impacto de Tini en varias generaciones.
Había gente de todas las edades y nacionalidades. Entre el público, Clarín se encontró con personas de Uruguay, Ecuador, Chile, México, Bolivia, Brasil y hasta Alemania, que viajaron exclusivamente para el evento.
Como ya se había previsto, durante las primeras horas de festival, había desplegadas diferentes activaciones (una suerte de actividades) a lo largo del predio. Entre ellas se podía encontrar diferentes juegos, tiendas de merchandising, un patio gastronómico y hasta un museo para repasar la carrera de Stoessel a través de una exposición de sus vestuarios más icónicos y una experiencia inmersiva con pantallas led.
Lamentablemente, los cambios de último minuto dejaron a muchas personas afuera de estas actividades: al haberse atrasado cuatro horas la apertura de puertas a la espera de que el agua baje y se termine de acondicionar el lugar, casi todo el público llegó al mismo tiempo, haciendo casi imposible que los puestos dieran a basto.
En lugar de justificarse en nombre de las impredecibles condiciones climáticas, la producción encontró una solución: abrirán nuevamente el predio en una fecha a confirmar para todos aquellos que no pudieron disfrutarlo por los atrasos en las filas.
Sin embargo, hay que decir que aquellos que viajaron desde el interior del país y desde el exterior para el evento resultaron los más perjudicados, ya que tal vez no podrán volver al lugar para descubrir que había detrás de las puertas que cerraron a las 19.30, cuando muchos no habían podido ni ingresar a Tecnópolis.
Con Futttura, Tini sentó un precedente que quedará para la historia de la música en vivo en la Argentina. Como ya se había anticipado, montó tres escenarios con dos mega pantallas que se trajeron del exterior, que se compraron y construyeron de cero especialmente para el evento. Y eso se terminó plasmando en el resultado final: un concierto de tres horas en el que fue imposible no sorprenderse una y otra vez en cada cuadro.
El recital arrancó a las 21.20, cuando Tini impactó al entrar con un arnés, logrando el efecto de estar bajando desde una nave especial. Con un top y un minishort de cuero con tachas y una energía arrolladora interpretó El cielo, un tema que logró encender a su público. Luego, rodeada de sus bailarines -que usaban pelucas rubias y trajes especiales, siguiendo la temática futurista- cantó otros de sus grandes éxitos: Fresa, La loto y Muñecas.
«¿Hay energía? Porque el show es largo. Vamos a viajar en el tiempo», anticipó la artista después de los primeros cuatro temas, mientras se preparaba para cantar Las Jordans. Automáticamente después, arrancó uno de los momentos más esperados por los fans: a través de una pantalla, apareció una Tini de 14 años, que pudo volver a la vida gracias a la inteligencia artificial. Con arco y flecha, desbloqueó en mundo de Violetta, e hizo que pasaran varias de las escenas más recordadas de la serie de Disney que catapultó a Stoessel a la fama internacional.

Con mucha emoción, y después de varios años sin hacerlo, la artista apareció vestida de rosa pastel y blanco, volvió a su adolescencia e interpretó En mi mundo, la canción que funcionaba como tema de apertura de cada episodio de Violetta. Luego, bajó por el ascensor de la pasarela principal para luego aparecer en lo alto del fondo del escenario, sobre un diamante, para entonar las estrofas de Como quieres, otro de los éxitos del programa de TV.
Después llegó el turno de Te creo, la balada insignia de la serie, para la que recreó un momento muy especial: reconstruyó la medialuna violeta con brillos que se usó en los shows que hizo durante su adolescencia y se elevó sobre el público, con un pequeño cambio en la letra. En vez del recordado ‘te quiero’ dijo ‘los quiero’, teniendo la chance de mirar a muchos de sus fans a los ojos.
«Me remueve mucho estar cantando estas canciones después de tanto tiempo, porque marcaron el principio de algo que ni yo imaginaba», explicó Tini, conmovida tras su viaje en el tiempo a través de la música. Y continuó: «Me da nostalgia y ternura ver a esa adolescente niña que se animaba a todo. Hay algo de esa inocencia que fui perdiendo. Me fue dando miedo seguir mostrándome porque arrancaron las críticas… Qué lindo es recordar y volver a ese lugar donde uno dice ‘¿Quién quiero ser? ¿En quién me convertí o dejé que me conviertan?’. Hoy abrazo a esa niña. Estoy acá parada con muchísima fuerza. Soy otra persona».
Finalmente, cerró el momento Disney del show con otros dos grandes éxitos de su «época Violetta»: Siempre brillarás y Ser mejor. En ese momento, dio paso a tres canciones más, todavía vestida de rosa: 22, Suéltate el pelo y Cupido.
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