Según científicos la oración transforma el cerebro
NOTI-AMERICA.COM | ARGENTINA
Más allá de ser un acto de devoción espiritual, la oración se revela como un poderoso ejercicio neurológico con la capacidad de remodelar físicamente el cerebro. Investigaciones científicas, encabezadas por el neurocientífico Dr. Andrew Newberg, demuestran que la práctica constante de la oración y la meditación puede generar cambios medibles y beneficiosos en la estructura y función cerebral. Estos hallazgos abren una nueva frontera en la comprensión de la conexión entre la mente, el cuerpo y la espiritualidad, sugiriendo que la fe no solo consuela el alma, sino que también fortalece activamente el cerebro.

Los estudios del Dr. Newberg, pionero en el campo de la neuroteología, han identificado que la oración activa de manera significativa el lóbulo frontal, el centro de control del cerebro responsable del enfoque, la planificación y la toma de decisiones. Este estímulo constante fomenta la neuroplasticidad, la capacidad del cerebro para reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales. Como resultado, quienes oran con regularidad pueden experimentar una mejora en su concentración y en su capacidad para tomar decisiones. Además, la práctica orante ha demostrado reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y calmar la actividad en las regiones cerebrales asociadas con la ansiedad y el miedo, promoviendo un estado de serenidad.
Uno de los descubrimientos más notables es el impacto de la oración en la materia gris del cerebro. Las investigaciones indican un aumento de esta sustancia en áreas vinculadas a la empatía y la compasión, lo que sugiere que la oración puede, literalmente, moldear un cerebro más compasivo. Este cambio neurobiológico se correlaciona con una disminución en los sentimientos de soledad y depresión reportados por quienes practican la oración de manera habitual. La contemplación enfocada en un poder superior o en conceptos como el amor y la gratitud fortalece los circuitos neuronales del afecto y la conexión social.
Los beneficios de esta práctica trascienden la salud mental y emocional, extendiéndose al bienestar físico general. La oración fomenta activamente sentimientos de esperanza, gratitud y paz interior. Se ha demostrado científicamente que estos estados emocionales positivos tienen un efecto directo en el cuerpo, fortaleciendo el sistema inmunológico y mejorando la salud del corazón. Al reducir el estrés y promover una sensación de calma, la oración contribuye a disminuir la presión arterial y la frecuencia cardíaca, consolidándose como una práctica integral que nutre tanto el espíritu como la fisiología humana.



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