Pablo Alborán vuelve al «KM0» de su carrera: «Es agotador estar todo el rato pendiente de los números»

NOTI-AMERICA.COM | ESPAÑA
¿Quién es Pablo Alborán (Málaga, 1989)? La pregunta puede parecer desactualizada. Tras quince años de carrera, seis álbumes publicados —y un séptimo a la vuelta de la esquina para finales de 2025— suena más bien a truco barato de Clickbait. Y del malo, además. Del que usa las trampas y el morbo para generar visitas en los diarios digitales, y no del que da título al primer single de ese séptimo trabajo.
No obstante, es todo lo contrario. La pregunta resulta necesaria. Aunque creamos que el de «Te he echado de menos» no requiere presentación, estamos equivocados. Las numerosas líneas escritas sobre él en internet, inclusive estas mismas, no aciertan a definirle correctamente. Tampoco lo hace su larga lista de premios, como ese Goya a Mejor Canción Original en 2016 por «Palmeras en la nieve» y sus más de 20 nominaciones a los Latin Grammy. Ni las giras que le han llevado por ciudades de toda España, Europa y América.
La repuesta no se encuentra en nada de eso. La respuesta está en «KM0», el segundo sencillo de su próximo disco que ha presentado e interpretado en directo al piano en Las tardes de RNE, con Lourdes Maldonado. «No nos ha ido mal, porque no esperaba tanto / Jugué con los ojos cerrados, con Dios y con el diablo / Preguntándole al espejo quién era Pablo», entona el cantautor.
Porque, cuando se recorren cientos de miles de kilómetros, es fácil perder la perspectiva y cambiar el rumbo sin darse cuenta. «Creo que nos pasa a muchos eso de mirarnos al espejo y ver que han cambiado las cosas», explica. Y es normal. No hay problema. Los años y la vida pasan para todos.
Sin embargo, «es muy sano volver a la casilla de salida, regresar a los orígenes y a las raíces y analizar lo que ha cambiado y lo que no». Aunque en su caso, está claro. Lo que sigue intacto es la música. «Para mí es una terapia maravillosa. Es la forma en la que mejor me expreso. Me siento muy libre a través de ella», cuenta.
Así que ahí está la respuesta. ¿Quién es Pablo Alborán? Pablo Alborán es música. Siempre lo ha sido. Lo era cuando con solo siete años compuso su primera canción. También cuando con apenas 12 se coló en una formación flamenca de un bar para cantar, o cuando con 21 se volvió viral en YouTube al ritmo de su «Solamente tú». Y lo sigue siendo ahora, con 36 recién cumplidos y un nuevo álbum que «está casi, casi listo».
«Me dormiría en el piano y en la guitarra. Me ayudan a desahogarme», bromea el malagueño, aunque va en serio. Si por el fuera entonaría y tocaría todo el rato. Cualquier momento es bueno. Por y para los demás, por supuesto, pero, sobre todo, para él. Por él. Se trata de cuidarse. «Cantar me calma y me recuerda respirar. A mí la música me conecta. Es mi meditación. Lo es todo», resume.
Y más entre Tanto bulo –que «molesta» a Pablo Alborán–, el Vértigo que genera el no saber qué creer y qué no creer, además del Éxtasis que supone «vivir en las emociones». «Me gusta cantarle al amor, pero no repetirme es muy complicado. Siempre escribo a impulsos, aunque en «KM0″ hablo de una forma más contundente y explícita. No lo hago tan idílico. El amor está muy bien cuando se idealiza, pero también es bonito ponerle golpes de realidad», asegura.
““Es necesaria, por tanto, la búsqueda de La cuarta hoja, esa que nos despierta la capacidad de crear nuestra propia felicidad. Esa que, Promete, todos tenemos. Y esa que, en su caso, crece cuando vuelve a su tierra, a su Málaga, bajo el Terral. Cuando regresa a su particular KM0. Seres queridos. Pausa. Reaprendizaje. Reconexión.
«Mi visión de la fama, del dinero, de la familia, de la amistad, de la pareja y del trabajo han cambiado», reconoce Alborán. «En la industria estamos en una carrera obsesiva en la que no quiero participar. Aunque trabajamos para eso, es agotador estar todo el rato pendiente de los números y queriendo que tu música suene a cada momento», confiesa.
«Cuando me miro al espejo quiero sentir que estoy cómodo conmigo mismo y que lo que estoy haciendo es lo más honesto que he hecho hasta la fecha», concluye Pablo Alborán. Y, de momento no, no le ha ido mal.
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