“Adictos a la pantalla” Por: Sonia Roelit Huamán Arias

NOTI-AMERICA.COM | ARGENTINA
“Adictos a la pantalla”
Sonia Roelit Huamán Arias
Estudiante universitaria peruana
Hoy en día, estar “pegados a la pantalla” se ha vuelto el pan de cada día para millones de peruanos, especialmente jóvenes y adolescentes. Basta con dar una vuelta por cualquier parque o centro comercial para darse cuenta de que muchos prefieren chatear o ver videos antes de conversar cara a cara. Según un estudio de Ipsos Perú, el 75% de los adolescentes limeños usa su celular más de cinco horas diarias, una cifra que pone los pelos de punta y nos obliga a preguntarnos: ¿estamos perdiendo el control? La tecnología, que llegó para facilitarnos la vida, parece haberse convertido en una “caja de Pandora” que trae consigo nuevos problemas sociales y de salud. «Es momento de reflexionar sobre cómo usamos la tecnología».
No es ningún secreto que el uso excesivo de pantallas esté pasando factura. Según el Ministerio de Salud del Perú, el 30% de los jóvenes entre 12 y 17 años presentan síntomas de ansiedad o depresión vinculados al abuso de dispositivos electrónicos. Además, el insomnio y la falta de concentración son el pan de cada día en las aulas escolares, donde muchos estudiantes “se quedan dormidos en clase” tras desvelarse viendo TikTok o jugando videojuegos. Como si fuera poco, la obesidad infantil va en aumento, pues los chicos prefieren “quedarse pegados” a la pantalla antes de salir a correr o jugar al aire libre. En el Perú, se estima que el 38.4% de los niños entre 6 y 13 años presentan sobrepeso u obesidad, una cifra que ha crecido en paralelo con el incremento del tiempo frente a pantallas. Está claro que la adicción digital es una bomba de tiempo que amenaza con explotar si no tomamos cartas en el asunto.
A pesar de que muchos padres intentan “poner mano dura” limitando el uso de celulares y computadoras, en la práctica se sienten “atados de manos” frente al avance imparable de la tecnología. Expertos de la Universidad Peruana Cayetano Heredia advierten que, sin la promoción de hábitos saludables y un uso responsable, la próxima generación podría crecer aislada y con serios problemas de salud mental, como ansiedad, depresión y deterioro de habilidades sociales. La falta de autocontrol y la dificultad para negociar límites en el hogar agravan esta situación, mientras que el uso excesivo de pantallas interfiere con el sueño, el rendimiento académico y las relaciones familiares. Por ello, no podemos seguir “mirando para otro lado” mientras la adicción digital se apodera de nuestros hogares. Es urgente que el Estado, las familias y las escuelas trabajen juntos para devolver el equilibrio, fomentando la salud digital y enseñando a los jóvenes a valorar la vida real más allá de las pantallas.
En conclusión, la adicción a la pantalla es un reto que no podemos seguir ignorando, pues sus efectos negativos ya se reflejan en la salud física y mental de la juventud peruana. “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, y por eso urge implementar campañas de prevención, promover actividades al aire libre y establecer horarios para el uso de dispositivos electrónicos. Solo así podremos garantizar que la tecnología sea una herramienta que enriquezca la vida de los niños y adolescentes, y no una cadena que los ate a hábitos perjudiciales. La clave está en el equilibrio y la educación para que las nuevas generaciones crezcan sanas y preparadas para el futuro. Como dice un buen peruano, “más vale ponerle el cascabel al gato antes de que sea demasiado tarde”, porque actuar a tiempo es la única forma de evitar que la adicción digital nos gane la partida. Reflexionemos sobre la importancia de recuperar el control y fomentar un uso consciente de la tecnología, para que esta no se convierta en un obstáculo sino en un aliado para el desarrollo integral de nuestros jóvenes. «No dejes que la pantalla te quite lo que la vida te da».
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