Las reformas económicas de Francisco: más control y transparencia en las intrincadas finanzas del Vaticano

NOTI-AMERICA.COM | ESPAÑA
La voluntad reformista del papa Francisco se manifestó en numerosos ámbitos de la Iglesia católica, aunque uno de los más espinosos fue su intento de reordenar las finanzas de la Santa Sede. Frente a la dispersión y la opacidad que regía en las cuentas del Vaticano -abonando el camino a la corrupción-, Jorge Mario Bergoglio trató de centralizar la gestión, incrementar los controles financieros e introducir una mayor transparencia. Un proceso que, cuando le alcanzó la muerte, estaba todavía incompleto y que, pese a sus esfuerzos, no había conseguido enjugar el déficit: según el último balance publicado, correspondiente a 2023, los gastos de la curia romana, el gobierno de la Santa Sede, superaban a los ingresos en 46,5 millones de euros.
Pese a esas dificultades, los expertos coinciden en que su papado introdujo novedades sustanciales en la economía vaticana, sujeta a normas y tradiciones en ocasiones muy alejadas de la práctica administrativa convencional. «El pontificado de Francisco ha supuesto una pequeña revolución en la gestión económica de la Santa Sede», afirma Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española y profesor de economía en la Universidad Autónoma de Madrid, en una respuesta por escrito a las cuestiones de DatosRTVE.
«Su mayor preocupación era la corrupción, no quería una economía corrupta y contra eso batallaba», abunda Juan Antonio Guerrero, jesuita español que ejerció tres años como responsable de la Secretaría de Asuntos Económicos de la Santa Sede, uno de los organismos que Bergoglio creó un año después de llegar al papado para controlar y ordenar las finanzas vaticanas. «Había muy poca visibilidad de las cuentas, no teníamos capacidad de controlar, que era lo que el papa quería: que las cuentas fueran transparentes y estuvieran controladas. Y, poco a poco, fuimos dando pasos, pasando de un sistema antiguo, de confianzas, a uno un poco más profesionalizado», subraya Guerrero.
Entre las funciones de la Secretaría de Economía -que ahora está dirigida por otro español, el economista laico Maximino Caballero- están la publicación de los balances de cuentas, el control de los ingresos y los gastos -lo que incluye autorizar cualquier gasto extraordinario que supere los 100.000 euros- o la elaboración de los presupuestos de la Santa Sede. La aprobación de estos últimos, sin embargo, está en manos del Consejo de Economía, otro de los organismos creados por Francisco, que consta de ocho cardenales y siete expertos laicos, profesionales de la gestión empresarial -entre ellos, dos españolas: Concha Osacar y Eva Castillo-, con un mandato de cinco años para definir las grandes líneas económicas.
El Consejo y la Secretaría de Economía conforman el corazón de las reformas económicas de Bergoglio, que buscaba centralizar en ambos el control de unas cuentas antes muy dispersas entre los distintos dicasterios, los organismos que forman la curia. Eso implicó retirar competencias y elevar el control sobre otros departamentos, especialmente de la poderosa Secretaría de Estado, lo que suscitó reticencias. Pero el papa estaba decidido: «Una vez, durante una reunión que tuvo con nosotros, nos dijo: ‘En una buena organización solo hay un ministerio de economía, no hay cuatro'», recuerda Guerrero.
Además de la supervisión, también se ha centralizado la gestión económica, que ahora recae fundamentalmente en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA). Este organismo, creado por Pablo VI en 1967, fue reforzado por Francisco y se encarga de la gestión diaria, es decir, de administrar los ingresos y los gastos de la Santa Sede «de manera centralizada y con criterios profesionales», recalca Giménez Barriocanal. Según el último balance de cuentas, la APSA manejó un presupuesto de gastos de 484,4 millones de euros en 2023, frente a unos ingresos de 437,9 millones de euros, lo que resultó en un déficit operativo de 46,5 millones de euros.
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