El funeral del papa Francisco, un evento simbólico y multitudinario regido por un «protocolo diplomático»

NOTI-AMERICA.COM | ESPAÑA
Cinco días después de su muerte, los representantes de al menos 130 países se darán cita este sábado en la Basílica de San Pedro para despedir al papa Francisco en una misa cargada de simbolismo y ritos litúrgicos católicos.
Es un evento histórico de gran magnitud con una compleja organización para garantizar no solo el correcto desarrollo del funeral, sino también la seguridad de los líderes internacionales que estarán presentes. Los asistentes deberán seguir un riguroso protocolo que marcará desde las medidas de seguridad desplegadas en Roma y el Vaticano hasta el turno de llegada al templo.
Aunque la Secretaría de Estado vaticana no ha desvelado aún los detalles, varios expertos consultados por este medio apuntan a que podrían aplicar un protocolo estándar que suele ser usado en este tipo de ceremonias solemnes y con una gran carga diplomática, en la que cada detalle cuenta. Este sistema «estipula el tratamiento de personalidades externas, como pueden ser jefes de Estado o ministros, aunque es cierto que de edición a edición hay algún cambio, algún ajuste en función a la geopolítica internacional», expone a RTVE.es Carlos Fuente, profesor de la Universidad Camilo José Cela.
Los jefes de Estado, primero
Una de las claves será cómo organizarán a los presidentes, primeros ministros, jefes de Estado o representantes religiosos. De acuerdo con este protocolo habitual, los 50 jefes de Estado que han confirmado su asistencia estarán ubicados delante, teniendo «prioridad protocolaria» los diez que representarán a países monárquicos. Así lo explica la directora de Comunicación de la Escuela Internacional de Protocolo (EIP), Marina Fernández, si bien señala que también podría haber preferencia para los reyes que sean católicos. Tras este grupo, se ubicarían las delegaciones de los países, encabezadas muchas de ellas por el presidente del Gobierno.
En el caso de España, Felipe VI y la reina Letizia, que liderarán la delegación de nuestro país, se sentarán delante junto al resto de monarcas, mientras que las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y el presidente del PP y líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, estarán por detrás junto a las otras personalidades políticas invitadas a la misa.
Por otro lado, Fernández recuerda que, al tratarse del funeral del papa, cobran gran importancia las autoridades eclesiásticas, que estarán presididas por el Colegio Cardenalicio y tendrán reservada «una zona especial». Ahí será donde se ubicará a los patriarcas religiosos y a los arzobispos, obispos y sacerdotes. En su caso, se aplicará el protocolo vaticano para el ordenamiento de las autoridades religiosas, que suele ser diferente al de las autoridades estatales.
Divididos ya en grupos, se deberá establecer un orden para sentarse, que partirá desde el «punto número uno protocolario». «En este caso no lo ocupa el altar, como suele ocurrir en otras celebraciones religiosas, sino el féretro del papa», explica a RTVE.es la directora de Comunicación de la EIP. De este modo, «cuanto más cercano al féretro, mayor importancia protocolaria».
Una vez acotado el punto de partida, podrían usarse varios criterios para colocar a los invitados, como la antigüedad en el cargo o la letra del país. Tomando como referencia anteriores funerales pontificios, se baraja que se apoyen en el orden alfabético en francés, idioma elegido para la diplomacia del Vaticano.
Sin embargo, Gloria Campos, experta en protocolo y profesora universitaria, ha apuntado en el Canal 24 Horas que podría haber ajustes y excepciones en este orden por motivos diplomáticos. «No es dos más dos son cuatro. Es decir, hay que aplicar circunstancias contextuales. Hay un contexto geopolítico que obviamente hay que cumplir», afirma. En ese sentido, recuerda que el Vaticano es un «Estado dentro de otro Estado», algo que supone «un punto diferencial».
La catedrática y directora del Máster de Protocolo de la UNED, Dolores del Mar Sánchez, también destaca que el papa no es solo «la figura más importante para los católicos del mundo y la cabeza de la organización católica», sino el jefe de un Estado que, aunque de pequeño tamaño, se relaciona en la comunidad internacional con el resto de naciones y las autoridades políticas de éstas.
«El protocolo nunca es una norma, es una recomendación o un criterio de organización para que todo salga mejor y que ayuda a lanzar mensajes», corrobora Marina Fernández, que pone de ejemplo como, en caso de que dos Estados «enemigos» quedaran sentados al lado, se flexibiliza poniendo a «varios países entre medias».
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