Baja el dólar, costos y beneficios

NOTI-AMERICA.COM | ARGENTINA
La fuerte incertidumbre que se generó apenas después del anuncio del Gobierno del acuerdo con el Fondo y la modificación del régimen cambiario hasta ahora se convirtió en una buena noticia para el oficialismo, en la medida en que, como antes del salvataje del FMI, todos los cañones apuntan a tratar de controlar la inflación. También al igual que hace un par de semanas, se revive el debate acerca de qué tan sostenible es el nuevo esquema, en la medida en qué complica la acumulación de reservas en el BCRA.
El mercado viene leyendo que el renovado poder de fuego del Banco Central a partir del desembolso de 12 mil millones de dólares del acuerdo con el FMI, junto a plata fresca que va a llegar tanto del Fondo como de otros organismos más las divisas que se vienen por el ingreso de la cosecha gruesa implican al menos la postergación de las graves dificultades en el terreno externo que se venían evidenciando.
La estabilidad del dólar y la suba de tasas de interés, el enorme apoyo político recibido por el Gobierno de parte de los Estados Unidos, que domina el tablero del FMI, el redoblado compromiso con el ajuste fiscal que anticipan Milei y Caputo y la nueva serie de Bopreales, configuraron, en este cortísimo plazo desde la relajación del cepo cambiario, una suerte de nueva etapa del llamado carry trade, que consiste en ingresar dólares para valorizar el capital en pesos con la intención de en algún momento volver a salir, en dólares.
Beneficios y costos
El primer beneficio de que se retrotraiga el valor del dólar tiene carácter relativamente inmediato y se vincula a la contención de la disparada inflacionaria que se vio con fuerza en marzo y probablemente también en abril. Con el dólar en baja, el Gobierno espera poder retomar la tendencia de desaceleración inflacionaria que se cortó hace tres meses, justamente cuando empezaron las turbulencias cambiarias.
Si la inflación desacelera, Milei recupera su principal activo electoral. Asimismo, los salarios podrían no verse perjudicados y la sensación de estabilidad macroeconómica podría continuar prevaleciendo sobre el deterioro de la calidad del empleo, despidos, cierre de organismos públicos y las usuales bravuconadas del presidente. También se seguiría estimulando el crédito, que es una herramienta fundamental para la economía.
Sin embargo, el dólar barato reinstala el debate de los últimos meses, porque el financiamiento del déficit de la cuenta corriente tarde o temprano tiene un límite. Esto quiere decir que el deterioro de las exportaciones versus la suba de importaciones, facilitadas además por la relajación de restricciones para importadores, junto a la salida de dólares por turismo y servicios, en algún momento pone contra las cuerdas al esquema macroeconómico, tal como pasó antes del salvataje del FMI.
La tentación del dólar barato en un cuadro pre-eleccionario es una historia muchas veces vista que por lo general siempre termina igual: con una devaluación y un pico inflacionario. El Gobierno dice que esta vez es diferente por la austeridad fiscal y la «falta de pesos en el mercado», pero expertos han advertido que las condiciones para una corrida cambiaria están presentes, si se tiene en cuenta que las reservas líquidas son mucho más bajas que las brutas, que son las que contabiliza el gobierno, sumado al hecho de que también hay un fuerte stock de colocaciones en pesos que eventualmente las empresas podrían desarmar para volcarse al dólar.
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