‘Pasarela al RETA’, la demanda de algunos autónomos para mejorar su pensión: en qué consiste y cómo funciona

NOTI-AMERICA.COM | ESPAÑA
En los últimos meses, los autónomos de algunos colectivos profesionales se han manifestado para reclamar la ‘pasarela al RETA’. ¿En qué consiste este mecanismo y por qué lo demandan? ¿A qué trabajadores incluye?
Se trata de una demanda de los autónomos de varios gremios dentro del ámbito la sostenibilidad de sus pensiones. Algunos abogados y procuradores que han estado cotizando a través de sus mutualidades critican las bajas pensiones que les han quedado y, por ello, piden un mecanismo —esa pasarela— para transitar al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) con el fin de mejorar sus prestaciones.
Para comprender mejor esta demanda, hay que analizar antes el contexto del mutualismo. Este sistema, de carácter privado, nació después de la Guerra Civil Española, cuando todavía no se había creado la Seguridad Social, y era la única forma que tenían los trabajadores de tener el día de mañana una pensión, o tener una cobertura si enfermaban. En 1966, se aprueba la Ley General de la Seguridad Social con el fin de implantar un modelo unitario e integrado de protección social, y poco a poco se fueron incluyendo a algunos mutualistas en este sistema público, reconociendo el tiempo que hubieran cotizado dentro del mutualismo.
Actualmente, hay mutualidades alternativas para abogados, arquitectos, arquitectos técnicos y químicos, médicos, procuradores, ingenieros industriales y gestores administrativos. En total, se estima que hay unos 200.000 autónomos adscritos a este modelo en el país, como indica la Confederación Española de Mutualidades.
¿Y cuál es la diferencia entre ambas opciones? La Seguridad Social funciona bajo la regla de la solidaridad y las cotizaciones de un trabajador sirven para pagar las pensiones de los que ya están jubilados y generar el derecho a percibirlas en el futuro. Por el contrario, los que están en una mutualidad —un sistema de capitalización individual— van conformando su propia ‘bolsa’ de ahorro en función de las aportaciones que hagan durante años, y pueden irlas aumentando con cantidades extraordinarias. Cabe recordar que un autónomo puede pasar del mutualismo al RETA cuando considere, pero tendrá carácter irreversible.
Así, la Seguridad Social calcula la pensión en función de los años y las cuantías cotizadas, mientras que en la mutualidad estará formada por la cantidad que se haya conseguido ahorrar a lo largo de los años de trabajo.
Por ejemplo, la cuota mensual de un procurador autónomo a su mutualidad, percibiendo de 1.166 a 1.300 euros netos, sería de 232 euros, según la tabla fijada para este año. Según las condiciones [ver PDF], el importe de cada mes deberá ser de al menos el 80% del mínimo de la base de cotización del RETA y, a la hora de jubilarse, la persona percibirá una cantidad en función de las cuotas que ha ido abonando. En el RETA, con unos ingresos similares, la cuantía a abonar sería de 294 a 408 euros al mes, según el simulador de la Seguridad Social.
No obstante, estas cifras requieren de ciertos matices que sirven para comprender exactamente lo que demandan los colectivos que critican las mutualidades y piden una ‘pasarela al RETA’.
En primer lugar, en la mutualidad se abona un mínimo del 80% de la base de cotización, que es lo que va a parar directamente al fondo de jubilación de la persona trabajadora, pero aparte de esa cantidad también tiene que pagar las pólizas de riesgo —enfermedad, de incapacidad permanente, la de viudedad, la de orfandad…—, unas cantidades que no computan para sus futuras pensiones. «En la cuota del RETA se paga todo esto, nosotros no. Por tanto, partimos de una desventaja, ya que nuestro fondo de jubilación siempre es muy inferior al de quien paga el RETA porque hemos tenido que abonar todas esas pólizas de riesgo que no acumulan», explica a RTVE.es Isabel Rabell, abogada miembro de la Plataforma Pasarela al Reta.
En segundo lugar, Rabell recuerda que las mutualidades no siempre han sido voluntarias y han estado impuestas de forma obligatoria, como mínimo, hasta 1996, en función del gremio. Aunque se hayan hecho voluntarias —en la abogacía fue a partir de 1999, según Rabell—, el principal inconveniente es que los años que ya se han aportado a la mutualidad no figuran en la vida laboral y, por tanto, no computan para su jubilación en el RETA. «Todo lo que hayas trabajado para la mutualidad se queda ahí. Tienes que empezar de cero a efectos de jubilación, que nunca llegarás a conseguir el 100%, y de otros aspectos como enfermedad», explica. Con todo, hay trabajadores que han cotizado 25 o 30 años en su mutualidad, una experiencia que no aparece en su vida laboral. «Luchamos para que los periodos alternativos de todo el mundo aparezcan en nuestras vidas laborales y que computen igual que un RETA», remarca.
Por tanto, desde la Plataforma Pasarela al RETA piden que las cuotas que muchos trabajadores abonaron a sus mutualidades equivalgan, como mínimo, a las abonadas en el RETA porque —incide— entonces pagaron sus cuantías más las pólizas de riesgo aparte, que no computaban para su jubilación. «Yo ya he pagado tanto como un trabajador al RETA, así que quiero lo mismo», señala.
El mutualismo alternativo ha sido objeto de crítica por parte de algunos profesionales que denuncian las bajas pensiones que les han quedado después de haber realizado aportaciones exclusivamente a su mutualidad durante su vida laboral. Muchos abogados, médicos, aparejadores o arquitectos perciben actualmente pensiones de 300 a 600 euros al mes tras haberse adscrito exclusivamente a sus mutualidades, según el Colegio de Aparejadores de Madrid.
Por ello, en el último año ha habido movilizaciones —lideradas mayormente por colectivos de abogados y procuradores— para reclamar una ‘pasarela al RETA’, es decir, un mecanismo que les permita transitar de la mutualidad al RETA con el fin de paliar sus bajas pensiones. Ha habido protestas más masivas en ciudades como Madrid —las dos más destacadas fueron en febrero de 2024 y de 2023—, y también concentraciones en los colegios de abogados de Sevilla, Granada y Valencia. Las principales plataformas impulsoras de estas protestas han sido la Plataforma Pasarela al Reta y el movimiento J2.
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