La industria del sueño aumenta la obsesión por optimizar el descanso

NOTI-AMERICA.COM | ESPAÑA
Los expertos lo tienen claro: cada vez dormimos peor. En los últimos años, han proliferado los estudios que evidencian este problema y cada mes de marzo se celebra el Día Mundial del Sueño para promover conductas saludables y reivindicar recursos para mejorar los estudios en este ámbito. Las empresas no son ajenas a esta preocupación. El mercado del sueño crece sin parar, con el lanzamiento de gadgets tecnológicos, suplementos y cosméticos que prometen el descanso ideal.
Las aplicaciones que monitorizan los ciclos circadianos, las gominolas de melatonina, las mantas pesadas y los altavoces de ruido blanco parecen haberse convertido en imprescindibles. Sin embargo, no todas estas soluciones mágicas funcionan. A veces, no son más que otra forma de capitalizar el bienestar.
Para la neurofisióloga clínica y portavoz de la Sociedad Española del Sueño, Ana Teijeira, estas herramientas son positivas, «siempre y cuando tengan una base científica». La experta explica que los problemas de sueño afectan a millones de personas en todo el mundo y, por ese motivo, hay muchas iniciativas de investigación que valoran distintos elementos que ayuden a dormir mejor y, principalmente, estudiar cómo es el sueño. Sin embargo, lamenta que, «fruto de esta necesidad», surja cierto «oportunismo». Llama, por tanto, a «distinguir entre los dispositivos que tienen base científica y están validados por sociedades científicas expertas y los que no».
Atrás ha quedado la época en la que la rutina nocturna consistía en ponerse el pijama, lavarse la cara, cepillarse los dientes y bajar la persiana.
“No todo lo que funciona una o dos noches es bueno a largo plazo“
Muchas personas han incorporado ahora los vendajes bucales, expansores de fosas nasales y técnicas militares para conciliar el sueño. «No todo lo que funciona una o dos noches es bueno a largo plazo», aclara la experta, que llama a aplicar el «sentido común».
La popularización de estos hábitos forma parte de la tendencia del sleepmaxxing, nombre que recibe en redes sociales el conjunto de trucos y productos destinados a optimizar la calidad y cantidad del sueño. En Instagram y TikTok han surgido multitud de influencers enfocados en este tipo de contenido, con vídeos que acumulan millones de visualizaciones. Algunas de estas prácticas implican tanto esfuerzo que se ha generalizado el lema «go to bed ugly to wake up pretty».
Muchas de estas rutinas, como utilizar aceite de lavanda, escuchar música tranquila, atenuar la iluminación o evitar la exposición a pantallas, pueden propiciar una relajación cerebral que favorezca un sueño reparador. Sin embargo, otros mecanismos como colocarse una cinta en la boca para obligarse a respirar por la nariz, «no solo no tiene ninguna base médica que lo justifique, sino que puede provocar serios problemas».
A pesar de todo, Teijeira es optimista y considera positiva la divulgación sobre rutinas que faciliten el sueño y pongan en valor la importancia de dormir las horas necesarias. «Otra cosa es sentar cátedra y decir que si no te aplicas una serie de cremas y sérums no vas a dormir bien. Eso no tiene sentido porque el sueño se origina en el cerebro», explica. Las ideas que favorezcan un buen descanso pueden ayudar, pero la experta recuerda que, ante las sospechas de padecer un trastorno del sueño, es fundamental acudir a un especialista.
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