TIERRA DE SUEÑOS INQUIETANTES Por: Marlon S. Jiménez García
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TIERRA DE SUEÑOS INQUIETANTES
Por: Marlon S. Jiménez García
Allá en los confines del mundo, en un espacio donde la naturaleza subyace de manera inmerecida e indetenidamente; donde, sus nativos la llaman, en una confluencia de amor y terror. tierra de sueños inquietantes y donde también, la diacronía estructurada e irregular de su mágica historia, afirma la voluntad de movimiento de sus pobladores y todos al unísono gritan con orgullo “que se devuelve el viento. Allí ocurren en los últimos años las cosas más inverosímiles y jamás pensadas. Allá, la historia es un sin sentido a pensar de ser tierra milenaria de héroes conocidos en sumo grado y de anónimos con huellas imborrables. Según los congéneres que lo habitaban, cuentan eran felices en demasía, la benevolencia era una razón suficiente para existir conforme al espíritu y a la conciencia.
Ésta tierra de sueños inquietantes está bajo el influjo místico de combinaciones antagónicas y radicales pero creíbles por los resultados. El asno se combina con el buitre creando una figura humana, engañosa, despreciable, denominada HUGUERÓN y controlan ese espacio terrenal..
Allá en la tierra de sueños inquietantes donde nacían de la nada los semerucos, los dátiles y otros alimentos vegetales, pero que no alimentan el apetito de los nativos, se prefiere a la amapola y una planta conocida en los bajos fondos como COCA; en ella se pelean hasta la muerte por lo que llaman: lo negro, lo amarillo lo verde, lo azul y pare Ud de contar los colores. Dios y la naturaleza se combinaron de manera perfecta para darle existencia y vitalidad a los congéneres terrenales; hoy es la desolación, tristeza, miseria intrínseca y la muerte a cualquier instante insospechado.
Allá en la tierra de sueños inquietantes, la existencia humana es victima y padece de la fuerza inversamente proporcional de la felicidad, de la paz y del sosiego espiritual y brilla, por supuesto, la opacidad de la angustia, desesperación, acompañada de la presencia inoportuna de la obscuridad brillante del cielo. Allá en la tierra de sueños inquietantes, la juventud es esclava de su propia vida, la sociedad en general gira alrededor del eje caótico impuesto por factores macro ambientales, muchos de ellos se presentan como venenos para el alma; bajo la mirada de los HUGUERONES que, dominan el espectro de su propio destino.
Allá en la tierra de sueños inquietantes, se estremece la iracundia, se habla de Dios con la fuerza determinante de la fe, pero no se hace un llamado a un ser superior o sobrenatural para solicitar su ayuda, ni tampoco hay indecisión, indeterminación y vacilación, la decisión es de los HUGUERONES…
Allá en la tierra de sueños inquietantes, la devastación ejecutada con precisión quirúrgica tiene el carácter irrestricto de sacar de allí, de su propia tierra, a todas las personas que la aman inequívocamente. El HUGUERÖN heredero comprometido en sus pensares por fuerzas exógenas malignas y sincréticas en cantidades que superan la irracionalidad, tiene el poder, se le permite, continuar con la gestión de sucesiones anteriores.
Allá en la tierra de sueños inquietantes se establece anímicamente, como en las penumbras de la selva, ruidos incesantes como si a alguien se le estuviera cremando el alma; como si de la tierra naciera un trombo de fuego que quisiera arrasar con lo existente. En esa tierra de sueños inquietantes, encontramos figuras humanas o animales totalmente “desconfiguradas” de la realidad, figuras humanas arrastrándose como culebras y otros animales parecidos, con piel de espinas muy agudas que traspasan la normalidad como si fuera algo normal en su vivencia terrenal.
Los huguerones, tienen como propósito de reinar, la traición y de decapitar a los emisarios de ese pueblo. Ese desparratado, allá en la tierra de sueños inquietantes, se cansó de la ignominia y con toda fuerza gritó: ¡fuera el traidor! y podría pensarse que una suerte de emulación trágica invitaba a unos y otros a hacer abnegada ofrenda de sus vidas. Sin embargo, los escasos servidores de los huguerones vacilaron presa del pánico y desobedeciendo la voz de sus jefes inmediatos, huyeron, abandonando esa tierra de sueños inquietantes que habían jurado defender hasta el último aliento. Hay un país muy querido, muy cercano, donde está ocurriendo lo mismo.
Profesor Universitario
@marlonj03650037
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