Un juzgado desestima la demanda de Iberdrola contra Repsol por supuesto ‘greenwashing’
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NOTI-AMERICA.COM | ESPAÑA
El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Santander ha desestimado la demanda interpuesta por Iberdrola contra Repsol, ya que no aprecia que, en sus comunicaciones y campañas, exista una publicidad engañosa, ilícita y desleal que constituya una competencia desleal. Así, el primer juicio entre empresas por ‘greenwashing’ (‘ecopostureo’) en España se ha resuelto con la desestimación de la demanda interpuesta, así como la no condena en costas a la entidad demandante.
En una resolución publicada este martes por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, el juez señala que «no se acredita» que la publicidad y la página web de Repsol puedan inducir a error «sobre la naturaleza de una compañía hoy multienergética, pero fundamental y tradicionalmente petrolera».
El caso se remonta a febrero de 2024, cuando Iberdrola presentó una demanda contra Repsol centrada en la Ley de Competencia Desleal por supuesto blanqueo ecológico o ‘greenwashing’ en su publicidad. De acuerdo con la demandante, Repsol se estaba publicitando como un grupo sostenible, líder en la transición energética, que protege el medioambiente y trabaja para reducir la huella de carbono y mitigar los efectos del cambio climático.
En concreto, Iberdrola reprochaba a Repsol que, pese a promocionar iniciativas sostenibles, en su oferta multiproducto buscara fomentar el uso de carburantes, y afeaba que, por mucho que centrara su publicidad en la sostenibilidad, esta era un «elemento menor de sus actividades». Durante el juicio, que se celebró en noviembre de 2024, Repsol negó tales acusaciones y defendió su compromiso con la transición energética y su esfuerzo para dar una alternativa a los hidrocarburos.
Ahora, el titular del juzgado de lo Mercantil número 2 de Santander rechaza íntegramente la demanda y alega que el consumidor español, «de un modo casi universal», conoce a Repsol y asocia su actividad a estaciones de servicio y venta de combustibles.
En cambio, indica que su identificación con energías renovables y la incidencia de esto en la decisión de compra «son residuales», y subraya que el consumidor medio conoce «el efecto dañino para el medioambiente de los combustibles fósiles».
En la sentencia, el magistrado asegura además que Iberdrola, al justificar su condición de afectada, «se limita» a aplicarla a situaciones de la competencia directa en el sector del suministro eléctrico y de gas. Sin embargo, «en ningún momento alude al hidrógeno o al biocombustible», de modo que «entre las diversas opciones para justificar su legitimación activa», opta por afirmar una relación de competencia directa «que no acredita».
Respecto al concepto de sostenibilidad, el juez repasa diferentes resoluciones para comprender su origen, evolución y significado; y concluye que «no es sinónimo de respetuoso o neutro» con el medioambiente, sino que se identifica como la «intersección» entre tres dimensiones: lo ecológico, lo económico y lo social. Asimismo, destaca que las campañas de Repsol, objeto de debate, «no tratan de actuar sobre la compra de vehículos, sino de suministrar energía (fósil o eléctrica) a los existentes».
De este modo, «no parece» que la oferta «pueda producir el efecto de que cada consumidor emplee más combustibles fósiles», sino de atraer, con descuentos, a nuevos clientes, tanto de ese producto como de recarga eléctrica, ya que la base mínima de la promoción, el ‘plan coche’, también incluye esta fórmula además del repostaje.
Tampoco aprecia ningún reclamo medioambiental en eslóganes como «cuantas más energías contratas, más ahorras» o «contrata energía solar con Repsol sea como sea y ahorra en tus repostajes», puesto que el mensaje «es de ahorro sumando tipos de energías contratados». Es más, añade, «ni las bases reguladoras de los planes ni las de sus promociones contienen menciones medioambientales, ni cabe inferir de las mismas un propósito oculto a los consumidores de incrementar el consumo de combustibles fósiles». Por ello, el titular del juzgado descarta la existencia de engaño u omisión engañosa.
La sentencia, que no condena en costas a Iberdrola, puede ser recurrida en apelación ante el mismo tribunal, por escrito y en los veinte días contados desde el siguiente a su notificación.
En un comunicado, Repsol ha celebrado la desestimación del juzgado y ha invitado a Iberdrola a «acostumbrarse a competir en un mercado abierto, en beneficio de los consumidores». La compañía ha señalado que la sentencia «pone al descubierto la estrategia de Iberdrola de descontextualizar los mensajes y campañas publicitarias de Repsol para desacreditarla y así limitar la competencia en el mercado eléctrico». Repsol es el cuarto operador del mercado eléctrico en España, ya tiene 2,5 millones de clientes, un 15% más que al cierre de 2023, con 330.000 clientes adicionales en 2024.
Por su parte, fuentes de Iberdrola consultadas por Europa Press creen que el fallo pone de manifiesto la necesidad de que España disponga de una normativa contra el ‘greenwashing’. A pesar de la desestimación de su demanda, la compañía se ha mostrado satisfecha «por la victoria social que ha supuesto que por primera vez se hable de forma generalizada entre la opinión pública y se denuncien las prácticas de ‘ecopostureo’, de lavado verde, de empresas contaminantes que tratan de presentarse como si no lo fueran».
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