La inteligencia artificial se convierte en arma de la ultraderecha en su batalla por el relato
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NOTI-AMERICA.COM | ESPAÑA
El estrecho vínculo entre las élites tecnológicas y los movimientos ultraderechistas se ha puesto en primer plano, tras su escenificación en la toma de posesión de Donald Trump. Las big tech cuentan con importantes apoyos entre la extrema derecha, como ha reflejado el rechazo de los grupos ultraconservadores de la Eurocámara a la Ley de Servicios Digitales, diseñada para eliminar los contenidos ilegales en redes sociales y combatir la desinformación.
En este contexto, la ultraderecha ha encontrado en la inteligencia artificial (IA) y las redes sociales poderosas herramientas para manipular las narrativas, distorsionar hechos históricos y reforzar su agenda política. El diputado de Vox Manuel Mariscal Zabala aprovechó un pleno del Congreso para asegurar que «gracias a las redes sociales», los jóvenes ahora entienden el franquismo no como una época «oscura», sino como un periodo de «reconciliación y progreso». Lo hizo pocos meses antes de que comenzase este 2025, en el que se cumplen 50 años de la muerte del dictador.
La UNESCO alerta del potencial desinformador de la IA en su informe ‘IA y Holocausto: ¿reescribiendo la historia?’. Determinados grupos, advierte, han manipulado los modelos de inteligencia artificial para glorificar la ideología nazi, por ejemplo, a través de la simulación de conversaciones con responsables del Holocausto. La aplicación Historical Figures, que permite a los usuarios chatear con personajes como Adolf Hitler o Joseph Goebbels, mediante IA. El sistema devuelve resultados como que Goebbels no estuvo involucrado intencionadamente en el Holocausto y trató de prevenir la violencia contra los judíos.
Las aplicaciones de generación de deepfakes también son un problema. En foros como 4chan y otras redes sociales, circulan vídeos de celebridades como Emma Watson leyendo pasajes de Mein Kampf, ataviada con un uniforme nazi. Los nuevos modelos de IA permiten crear texto, audios, imágenes y videos falsos, lo que aumenta la dificultad para distinguir lo real de lo que no lo es. Esta desconfianza generalizada puede conducir a otra forma de desinformación: convencer de que las imágenes del Holocausto están creadas por IA.
La doctora en Periodismo por la Universidad de Valladolid y experta en discursos de odio en el ámbito digital Virginia Martín Jiménez se confiesa pesimista: «Cada vez veo más difícil parar, me recuerda a Un mundo feliz».
La especialista relaciona este fenómeno con los tecnopopulismos y la erosión de la confianza en la democracia. «Esta difusión tan rápida y generalizada de desinformación fomenta lo que llamamos posverdad, donde todo es relativo, todo es cuestionable, excepto la verdad que tú te crees, que es la realidad», explica.
Martín Jiménez apunta que la IA en redes sociales se puede utilizar como «dos armas distintas». Por un lado, los algoritmos de recomendación fomentan contenidos virales y captan «nuevos seguidores ideológicos». Por otro, aislan a los individuos y les hacen perder la percepción de otros puntos de vista. «Por eso, la radicalización crece tanto en el terreno digital. La capacidad de influencia, propaganda y manipulación es más grande porque atrapa a más gente y la mete en esa cámara de eco», expone.
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