¿Qué es el código abierto en el que se basa la IA DeepSeek y cómo contribuye al desarrollo de la tecnología?
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NOTI-AMERICA.COM | ESPAÑA
La irrupción de la compañía emergente china DeepSeek ha revolucionado el sector de las aplicaciones basadas en inteligencia artificial (IA). En pocos días ha subido a la cima de las listas de descargas y sus ventajas competitivas preocupan a sus rivales. Una de las características que diferencia a este modelo es que se presenta como una herramienta gratuita de código abierto. Pero, ¿eso qué significa?
El código abierto, u open code en inglés, es un modelo de desarrollo de software basado en la colaboración entre usuarios. Consiste, según la consultora tecnológica especializada en Big Data e Inteligencia Artificial, Cristina Aranda, en que las personas que tengan conocimientos técnicos los compartan, «de modo que puedan crear entre todas un bólido de Fórmula 1 en un pispás». Por tanto, el acceso al código es gratuito y está disponible sin restricciones. A partir de ese momento, los usuarios son libres de utilizarlo como quieran, con la posibilidad de adaptarlo o incluso venderlo.
La capacidad de examinar y modificar el código no se refiere a alterar el funcionamiento de la herramienta, DeepSeek en este caso, para todos los usuarios. El código fuente es el conjunto de instrucciones que sigue un programa informático para funcionar. Esas líneas de texto son las que se comparten con los usuarios, que deben contar con unos requisitos técnicos mínimos para poder sacarle partido.
«Tú te lo puedes bajar, pero tienes que tener conocimientos sofisticados y un hardware importante para que funcione en tu máquina», aclara el profesor de investigación emérito del CSIC en el Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIIA), del que fue fundador y director, Ramón López de Mántaras. El experto insiste en que «no todo el mundo puede hacerlo», puesto que es necesario «comprenderlo muy bien para trabajar con ello». Utilizar el código, por tanto, no significa introducirse en los servidores de la empresa. «Se sube a un repositorio y allí es donde la gente puede descargarlo, pero no accede a los servidores, eso está muy protegido», explica.
El acceso libre al código permite que cada usuario lo pueda modificar para ajustarlo a sus intereses, por ejemplo, especializar el chatbot en un ámbito temático o añadirle características que mejoren su funcionalidad.
Del mismo modo, el desarrollador que acceda al código puede eliminar los filtros que considere y disfrutar así de la herramienta sin las restricciones que impone DeepSeek cuando se conversa con el chatbot en su web. Esto proporciona una vía para sortear la censura de la que se acusa a la empresa sobre temas determinados.
Otras aplicaciones populares basadas en inteligencia artificial, como Gemini o ChatGPT, operan de forma contraria, a través de lo que se denomina «software propietario», es decir, cerrado. Este último merece la atención de Aranda, también autora del libro ‘Vidas Futuras’: «OpenAI — la empresa de ChatGPT— empezó, como su propio nombre indica, como algo abierto, pero en cuanto vieron venir el dinero lo cerraron».
Aunque para quienes estén menos familiarizadas con la informática resulte ajeno, el código abierto existe desde hace décadas y es fundamental para el campo del desarrollo de software. La red cuenta con comunidades especializadas, como Hugging Face, que destaca en el ámbito de la IA. Aranda lamenta que Microsoft comprara GitHub, la que antes era una de las plataformas más reputadas en el desarrollo del código abierto.
Para que se pueda considerar código abierto, se debería compartir sin coste toda la documentación necesaria para que otro usuario tenga la posibilidad de reproducir el programa. Este aspecto no parece corresponderse al 100% con la práctica de DeepSeek. Si bien es más abierto que sus competidores, dista de serlo al completo.
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