Ajuste y caída de los ingresos
NOTI-AMERICA.COM | ARGENTINA
Un informe de la organización Fundar observa que las desigualdades asociadas a la alta inflación se agudizan en un contexto recesivo como el actual, a lo cual debe sumarse el fuerte recorte en el gasto público con un eje importante en los salarios y la previsión social. Por otro lado, el vaciamiento de algunas instituciones para la discusión salarial debilita el proceso de recuperación de los ingresos que la sociedad demanda.
“La protección de los puestos de trabajo en un contexto de alta inflación e inestabilidad macroeconómica fue reemplazado por un programa que intenta desacelerar los precios por la vía de un fuerte ajuste monetario y fiscal”, señalan los autores del informe. El énfasis en atacar el problema de la inflación sin compensaciones, provocó un “shock en los ingresos” con impacto heterogéneo en la sociedad. Esa es la tesis del trabajo de Fundar realizado por los investigadores Sebastian Etchemendy, Federico Pastrana y Joan Manuel Vezzato.
Los autores hablan de “tres heterogeneidades”. La primera es la de los trabajadores registrados versus el resto de las categorías de empleo (como es el trabajo informal y por cuentapropia). Los primeros, al estar cubiertos por el régimen de paritarias, pudieron retomar una senda de crecimiento en los ingresos cuando la inflación empezó a desacelerar, aunque todavía están por debajo de los niveles de noviembre de 2023, sostienen los especialistas.
Por otro lado está la heterogeneidad entre el sector público y el privado. Quienes trabajan para el Estado sufrieron un recorte en sus ingresos, del 22,1 por ciento entre noviembre y enero de 2024, mucho mayor que los del sector privado (12 por ciento). Detrás de esta heterogeneidad está la política pública del ajuste fiscal y los despidos masivos en el Estado. Y dentro de los empleados públicos hay disparidades en los ingresos: el salario de los docentes universitarios sufrió un mayor recorte (30 por ciento) que el resto.
La tercera heterogeneidad ocurre al interior de los trabajadores con paritarias privadas, ya que algunos sectores lograron prácticamente empardar el poder adquisitivo (bancarios, alimentación, comercio), mientras que otros tuvieron caídas en torno al 20 por ciento real.
El trabajo realizado por Fundar apunta a tres instancias de negociación colectiva que fueron vaciadas: el salario mínimo vital y móvil (SMVM), los convenios de amas de casa y la paritaria nacional docente.
En el primer caso, si bien el Consejo del SMVM se reunió en tres oportunidades (febrero, mayo y julio), en ninguno de esos encuentros logró reunir los consensos necesarios para fijar la pauta de aumento del aalario mínimo. En consecuencia, el Poder Ejecutivo terminó de resolverlo por decreto. La caída promedio del salario mínimo fue del 28,2 por ciento real, apuntan los investigadores.
El desempeño de la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares fue menos problemático, pero igualmente en el período el salario cayó 20,8 por ciento real.
La Paritaria Nacional Docente garantiza un piso mínimo para los salarios docentes de todo el país, y compensa a las provincias de menores ingresos que no pueden pagar ese salario, además de regular los fondos del Fonid. En marzo de 2024 el Gobierno eliminó el Fonid y durante todo el primer semestre no convocaron a paritarias, sostienen desde Fundar. Recién en agosto, y sin haber mediado a un acuerdo, el Ejecutivo dictó una actualización retroactiva a abril, que arrojó una caída promedio real del 28,8 por ciento, según sus cálculos.
El recorte en los salarios públicos, las jubilaciones y los programas sociales representaron casi el 50 por ciento del ajuste fiscal de Milei, razonan los investigadores. Respecto de los haberes jubilatorios reconocen dos trayectorias. Por un lado, los haberes mínimos más el bono de 70.000 pesos se mantienen todavía por debajo de los niveles de noviembre de 2023, porque el bono ha sido congelado. Por otro lado, están las demás jubilaciones que cayeron más porque seguían la fórmula de movilidad, pero con la desaceleración inflacionaria pudieron recuperar y superan en 10 por ciento los niveles de noviembre.
Respecto de las asignaciones sociales, el estudio contrasta la Asignación Universal por Hijo (AUH) que entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024 casi se duplicó, con la Tarjeta Alimentar que cayó 28 por ciento real. Si se consideran las dos juntas –el 80 por ciento de beneficiarios AUH cobran la Alimentar-, se observa una caída real del 23,8 por ciento real. “Además, el incremento del 30 por ciento en la tasa de pobreza y la duplicación de la indigencia evidencian el limitado impacto de esta política” social, concluyen.
El Gobierno asestó un claro golpe también con la asignación del ex Potenciar Trabajo. En este caso, LLA determinó que el salario mínimo dejara de ser una referencia para la actualización de los montos de este programa, que quedó congelada en 78.000 pesos. Esto arroja una caída real del 63 por ciento real entre noviembre y septiembre de este año. La mayor observada en todos los casos analizados.
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