Con tecnología biológica la producción agrícola aumenta hasta un 1.700 %
El biólogo Diógenes Infante considera que el agricultor venezolano tiene que actualizar su trabajo tradicional y recomienda migrar a las tecnologías biológicas e informáticas de la agricultura climáticamente inteligente porque redundará en un mayor beneficio, la producción será de mejor calidad y aumentará hasta el 1.700 %.
“Una granja vertical climáticamente inteligente, o agricultura urbana como se le conoce, puede alcanzar una productividad hasta 170 veces superior que la agricultura tradicional”, afirmó.
Diógenes Infante es biólogo molecular, egresado de la Universidad Simón Bolívar, con doctorado en la Universidad de París- Saclay; y postdoctorados en Estados Unidos con The Roche Institute of Molecular Biology y Memorial Sloan Kettering de Nueva York.
—En agricultura urbana, el término exacto es una granja vertical climáticamente inteligente porque todas las variables y factores relacionados con el crecimiento de las plantas están controlados por computadoras.
Por medio de sensores se monitorea y controla el ambiente, es decir, el nivel de humedad en el aire, la temperatura, la iluminación y el crecimiento de las plantas.
“Por eso tenemos una productividad 170 veces superior a la agricultura tradicional”.
En una granja con las tecnologías de la agricultura climáticamente inteligente no hay sequía, ni sol, tampoco lluvias. No se utilizan agroquímicos y el agua es tratada para eliminar cualquier contaminación.
El área donde Infante tiene su granja vertical es de 450 metros cuadrados, Biofarm ubicada en el Centro Comercial Manzanares Plaza, municipio Baruta, del estado Miranda.
La empresa fue distinguida en octubre de 2023 con el premio Melchor Centeno Vallenilla de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat como el mejor proyecto nacional de innovación.
El Dr. Infante explicó que durante varios años ha estado trabajando en el desarrollo de sistema de propagación masiva de plantas, entre ellos yuca, cacao, café, mediante el proceso de embriogénesis somática.
En el caso de la yuca, dijo que en Venezuela se hicieron dos ensayos: uno en San Carlos, estado Cojedes y el otro en Capaya, Barlovento del estado Miranda donde se multiplicó por cinco el rendimiento de este cultivo.
“De 10 o 12 mil kilos por hectáreas, la producción aumentó a casi 60.000 kilos por hectáreas de yuca”, precisó.
Para Infante la agricultura en invernaderos inteligentes es más productiva que la agricultura en campo abierto y puede llegar a producir 35 veces más por hectárea.
“En Biofarm, por ejemplo, se produce lechuga por metro cuadrado, 170 veces más que en la agricultura tradicional”.
¿Cómo nace este proyecto?
–Hace 15 años recibí un apoyo importante del Ministerio de Ciencia y Tecnología para desarrollar un proyecto, en condiciones controladas, en la producción masiva de plantas de yuca en los llanos centrales donde los suelos son muy pobres en pasto.
El propósito arrojó resultados positivos porque se logró multiplicar por cinco la productividad del cultivo.
Dijo que en Venezuela se debería enfocar la producción de yuca como un cultivo que permite alimentar el ganado bovino, porcino y pollos entre otros animales.
Recordó que trató de convertir el plan en un proyecto industrial pero sus intenciones fueron frustradas por falta de apoyo financiero y gubernamental.
En 2014 fue invitado por el gobierno de Ecuador a participar en la construcción de un diseño de biofábrica en Yachay, ciudad del conocimiento, proyecto emblemático más importante de esa nación latinoamericana.
“Pero no se pudo cristalizar y regresé al país”.
Desde entonces comenzó a trabajar en su propio diseño con un plan piloto en un contenedor donde pudo ver que sin ayuda “éramos capaces de dominar la tecnología”.
Revolución biológica industrial 4.0
En Biofarm se produce lechuga, albahaca, rúgula, cilantro, cebollino, salvía, berro, “libres de químicos, contaminación y con una mejor calidad en textura, sabor y contenido nutricional”, dijo.
“Hay una revolución biológica de las industrias 4.0 que está al servicio de la agricultura y en esa área la Asociación Venezolana de Agrotecnología (AVAT) está prestando una importante labor de enseñanza para los trabajadores del campo”.
Comentó que buena parte del cacao venezolano se sigue cultivando con la misma técnica de siglos pasados.
“La industria del cacao se ha recuperado pero hay una variedad única en el mundo que solo conocen los productores venezolanos y para su desarrollo se necesita incorporar la tecnología inteligente”.
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