EL VALOR DE LA SALUD MENTAL Por: Estafany Vasquez
NOTI-AMERICA.COM
EL VALOR DE LA SALUD MENTAL
La salud mental es un tema que, aunque cada vez más reconocido, sigue siendo un desafío profundo para muchas sociedades, especialmente en Perú. Durante años, hemos hablado sobre la importancia del bienestar físico, el cuidado de nuestro cuerpo, la alimentación y el ejercicio, pero en pocas oportunidades de nuestro cuidado mental. Este aspecto, igual de crucial, es el motor de nuestras emociones, pensamientos y acciones. Ignorarlo es como tratar de construir una casa sólida sobre cimientos débiles: eventualmente, se desmoronará.
En Perú, el debate sobre salud mental ha empezado a ganar interés, pero aún queda un largo camino por recorrer. Las estadísticas revelan un panorama poco alentador. Según estudios recientes, determinan que más del 30% de la población ha experimentado alguna forma de trastorno mental, ya sea en la modalidad de depresión, ansiedad o estrés. Sin embargo, la mayoría de las personas no busca ayuda profesional, ya sea por desconocimiento, por falta de recursos, o por el estigma que todavía rodea estos temas. La creencia errónea de que la salud mental no es tan importante, sin duda alguna, sigue afectando a muchas personas que podrían beneficiarse enormemente de un acompañamiento adecuado.
Es importante entender que, en el contexto peruano, los factores como la pobreza, la desigualdad, el desempleo y la violencia son algunos de los detonantes de los problemas de salud mental. En zonas rurales y comunidades más alejadas, las dificultades se incrementan debido a la falta de acceso a servicios de salud especializados. Esto crea un círculo vicioso donde el bienestar emocional se ve cada vez más deteriorado y las soluciones parecen inalcanzables.
Sin embargo, no todo es oscuridad en este panorama. Cada vez más, tanto el gobierno como las organizaciones no gubernamentales están lanzando iniciativas para mejorar la salud mental de los peruanos. Existen programas que se enfocan en ofrecer atención psicológica gratuita en hospitales, campañas de sensibilización en colegios y centros de trabajo; generando con ello, la creación de redes de apoyo a nivel emocional.
Sin duda alguna, resulta propicio realizar un llamado de atención a los medios de comunicación y a las redes sociales. Las imágenes de una vida perfecta, de éxito, de felicidad constante que se proyectan en los medios muchas veces incrementan la ansiedad de quienes sienten que no pueden cumplir con esos estándares. En Perú, como en otras partes del mundo, es fundamental que estas plataformas sirvan para fomentar conversaciones más reales, honestas, que inviten a aceptar las emociones tal como son: fluctuantes, humanas y complejas. No siempre se está bien, y eso está bien.
Hablar de salud mental no debe ser un tabú. Reconocer que estamos pasando por momentos difíciles, pedir ayuda, y, sobre todo, entender que cuidar de nuestra mente es igual de esencial que cuidar de nuestro cuerpo, es un mensaje que debemos abrazar y compartir. En un país tan diverso como Perú, con sus desafíos únicos, no podemos permitir que la salud mental sea relegada a un segundo plano.
Al final del día, todos somos humanos. Todos pasamos por momentos en los que la vida parece pesar demasiado. Pero en esos momentos, es cuando más debemos recordar que no estamos solos, que pedir ayuda es un signo de fortaleza, y que nuestras emociones, aunque a veces difíciles de entender, son parte de lo que nos hace vivos. Cuidar de nuestra salud mental no es un lujo, es una necesidad.
El reto ahora es unir fuerzas, como sociedad, para derribar las barreras que impiden el acceso a una buena salud mental en Perú. Es un trabajo que requiere empatía, educación y un esfuerzo conjunto, pero que, sin duda, valdrá la pena para que cada peruano pueda vivir una vida plena, con el apoyo emocional y psicológico que necesita para prosperar.
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