La “Humanización de la Energía” y las 295 familias de Tumaco que hoy exportan su cacao a Francia y Suiza
NOTI-AMERICA | COLOMBIA
En un esfuerzo por transformar comunidades apartadas de la geografía colombiana, el proyecto de energía solar liderado por Cortepaz ha marcado un antes y un después para sus habitantes. Este proyecto, que involucró una ardua planificación y articulación entre diversas entidades, ha permitido a la comunidad acceder a mercados diferenciales, mejorando significativamente las condiciones de vida de sus familias.
Gustavo Adolfo Mindineros, director administrativo y comercial de Cortepaz, explicó que «este proyecto impulsó la transformación de nuestra comunidad. Implicó un trabajo de articulación y planificación. Así logramos contar con una energía que nos garantizó el acceso a mercados diferenciales. Por eso obtuvimos mejores precios que impactaron positivamente en las condiciones de vida de nuestras familias.»
Evangelina Quiñonez Rivera, productora afiliada a Cortepaz, también destacó la relevancia del proyecto: «La importancia del proyecto de energía solar realizado en nuestra comunidad es muy grande. Nos garantizó la calidad del grano, nos permitió traer nuestra totalidad de la producción a la organización y evitar las pérdidas en el proceso de secado. Eso mueve la economía dentro del territorio y ha hecho posible contratar mayor cantidad de mano de obra.»
Antes de la implementación del proyecto, la comunidad sufría continuos cortes de suministro eléctrico, lo que afectaba la operación de las máquinas de secado del grano de cacao. Las interrupciones del servicio energético eran tan frecuentes que dificultaban la estabilización de los protocolos para la homogenización del grano, impactando negativamente en su calidad y en el proceso de extracción de insumos.
Hoy, gracias al proyecto, la comunidad cuenta con un suministro estable de energía, lo que ha mejorado la producción y ha permitido la contratación de más trabajadores, fomentando el desarrollo económico local.
Sebastián González García, gerente de nuevos negocios de MGM Ingeniería y Proyectos, destacó la importancia de considerar la dimensión social en la transición energética: «Asegurar la producción y el uso de las diferentes formas de energía de manera respetuosa y compatible con el medio ambiente es necesario, pero no suficiente. Debemos introducir la dimensión social, darnos cuenta de que son las personas y las comunidades quienes más importan. No existirá transición energética sino se presupuesta como un agente de cambio fundamental desde las tres perspectivas de la sostenibilidad. El proyecto de Cortepaz demuestra que es posible lograrlo».
María Ema Mestre, otra productora afiliada, compartió su satisfacción con los resultados obtenidos: «Mi familia y yo hemos obtenido mejores resultados económicos gracias a MGM. La zozobra que vivíamos ya no está y sabemos que lo que sembramos lo vamos a poder comercializar.»
Daniel Díaz Toro, director ejecutivo del Consejo Mundial de la Energía (WEC), subrayó la necesidad de humanizar la transición energética: «Es importante entender que no podemos realizar una transición a cualquier costo, y que en las hojas de ruta y en los planes que nos tracemos, siempre debe haber un ángulo social. Las personas, sus necesidades y las posibilidades de dar respuesta es lo fundamental para humanizar la energía. El proyecto de Cortepaz nos enseña mucho al respecto.»
El vocero de MGM concluyó: «La experiencia de Cortepaz y nuestro trabajo conjunto con el WEC nos obligan a seguir trabajando por avanzar hacia la humanización de la energía. Somos personas que trabajan para personas, y entendemos que la generación respetuosa y con énfasis social de la energía será la que finalmente nos ayude a alcanzar esa transición energética que tanto requerimos.»
Humanización de la Energía: Un Nuevo Paradigma
El concepto de «humanización de la energía», acuñado por el Consejo Mundial de la Energía (WEC), está cobrando cada vez más relevancia a nivel internacional. Este enfoque busca involucrar a las personas en la construcción de nuevos sistemas energéticos que prioricen su bienestar y desarrollo.
Humanizar la energía significa verla como un bien al servicio del ser humano y su sostenibilidad, reconociéndola como un derecho fundamental para todos, independientemente de su raza, religión o condición socioeconómica. El objetivo es responder a las transiciones sostenibles de manera inclusiva, considerando las necesidades y capacidades de cada comunidad.
Este paradigma se logra mediante la alfabetización energética y el desarrollo de soluciones innovadoras que integren la seguridad energética, la equidad y la sostenibilidad ambiental. La experiencia de Cortepaz es un claro ejemplo de cómo se puede avanzar hacia un sistema energético más humano y sostenible, que beneficie tanto a las personas como al planeta.
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