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Por Dr. Hely Brandt.
Diversas son las acciones que pueden definir a una persona con características que lo identifiquen como hipócritas, entendiéndose como tal, aquellos que aparentan o fingen lo que no sienten o lo que no se es, actúan con doble cara, una pública y otra privada; ambas nefastas, con el fin de conseguir objetivos oscuros, es un acto de simulación, proyectando una imagen falsa ante los demás que aún no perciben su falsedad.
En estos, hay una inconsistencia en lo que se piensa y dice, y en lo que hacen, con el fin primordial de engañar a los demás, constituyendo un antivalor e inmoralidad, por lo tanto, no se puede esperar nada bueno de estos individuos.
Muy claro lo expresa la Biblia en el Nuevo Testamento, donde Jesucristo previene contra ella: “cuídense de la levadura de los fariseos, es decir, de su hipocresía. Porque no hay ningún secreto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse”. Lucas 12 :1-2.
En Venezuela hay un ejemplo muy notorio y de gran transcendencia por ser este el actual “presidente“ de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moro, cuyo accionar da a entender que quiere estar bien con Dios y con el Diablo, al mostrar su gran hipocresía ante las diferentes creencias religiosas, aprovechándose de la fe de unos cuantos ingenuos; es así como en una semana es musulmán, otra semana es Santero y en otra es evangélico. De tal manera, convoca a un grupo de cristianos evangélicos al palacio de Miraflores para realizar un acto de contrición que es una expresión sincera de arrepentimiento y deseo de reconciliación con Dios, donde pide perdón por “la soberbia, la lujuria, avaricia, gula, pereza y todos los pecados que se hayan podidos cometer como nación…”
Pero es una gran falsedad o hipocresía, mientras esto ocurría, las cárceles venezolanas desbordan con numerosos reos políticos sin el debido proceso, en constante violación de los derechos humanos, languideciendo en estas mazmorras, esperando la muerte por las diferentes enfermedades que padecen, entre estas, por la epidemia de tuberculosis pulmonar (caso del coronel Bustamante). Igualmente, los hospitales carentes de insumos, medicamentos y de profesionales idóneos así como del adecuado mantenimiento de las infraestructuras hospitalarias, contribuyendo al incremento de la tasa de mortalidad y morbilidad, así mismo los bajos salarios, la fuerte inflación, la gran corrupción, entre otras.
Esto es propio de los falsos conversos, dicen creer en Dios, pero no es así, en su corazón no lo sienten, no hay una comunión entre el hombre y la suprema divinidad, con esta actitud asumida es el camino a las llamas eternas del infierno.
En conclusión, esta gran falsedad estriba en querer aparentar un arrepentimiento de las atrocidades cometidas por este y con promesas de restituir a Venezuela, en todas los órdenes y así lograr unos que otros votos y hacer creer que ganará las elecciones; y dar pie al fraude electoral.
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