¿A qué hora hay que irse a dormir para preservar la salud mental?
NOTI-AMERICA.COM | ARGENTINA
En la comunidad de los que estudian el sueño de los seres humanos, se conoce como “búho” a las personas que tienden a quedarse levantadas hasta muy tarde. El término se deriva de los hábitos nocturnos de esas aves, que pueden cazar en la oscuridad.
Una nueva investigación realizada por científicos de la Universidad de Stanford en los Estados Unidos reveló que seguir la inclinación natural a permanecer despierto hasta altas horas de la madrugada puede ser una mala elección para la salud mental. El estudio fue publicado en la revista Psychiatry Research, recomienda apagar las luces antes de la 1 de la madrugada.
El año pasado otro estudio había encontrado que las personas noctámbulas tenían más riesgo de tener diabetes. Ahora, en una encuesta realizada a casi 75.000 adultos, los investigadores compararon el horario de sueño preferido de los participantes, conocido como cronotipo, con su comportamiento real de sueño.
Un estudio de científicos de la Universidad de Stanford en los Estados Unidos recomienda apagar las luces antes de la 1 de la madrugada.
Independientemente de la hora preferida para acostarse, los investigadores detectaron que a todo el mundo le conviene acostarse temprano.
Tanto las alondras matutinas (como se les llama a las personas que se despiertan temprano) como los búhos nocturnos tendían a presentar tasas más elevadas de trastornos mentales y conductuales si se quedaban despiertos hasta tarde.
“Descubrimos que la alineación con el cronotipo no es crucial en este caso y que, en realidad, estar despierto hasta tarde no es bueno para la salud mental. La incógnita es por qué”, dijo Jamie Zeitzer, profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento y autor principal del estudio.
Un estudio anterior del equipo de Zeitzer había sugerido que las mujeres con cáncer que dormían en contra de su cronotipo tenían una esperanza de vida más corta. “Hay muchos datos que indican que vivir de acuerdo con el cronotipo es muy importante. Ésa era nuestra expectativa”, comentó.
Los investigadores se propusieron estudiar la alineación con el cronotipo en una población más amplia. Examinaron a adultos de mediana y avanzada edad del Reino Unido, a los que preguntaron sobre su sueño, incluida su preferencia por la mañana o por la noche.
Se les envió un acelerómetro portátil (básicamente un elegante monitor de actividad, según Zeitzer) para realizar un seguimiento de su sueño durante siete días. La salud mental de los participantes se determinó a través de sus historias clínicas. Los investigadores tuvieron en cuenta cualquier trastorno mental o conductual incluido en la Clasificación Internacional de Enfermedades.
De los 73.880 participantes, 19.065 se autoidentificaron como matutinos, 6.844 como vespertinos y 47.979 como intermedios.
Su comportamiento durante el sueño se evaluó en relación con el grupo entero. Se consideró que el 25% de los primeros dormía temprano, el 25% de los últimos dormía tarde y el 50% de los segundos tenía un sueño intermedio.
Categorizar el comportamiento del sueño de esta forma —explicó Zeitzer—, en lugar de por horas específicas de acostarse, es más significativo porque diferentes poblaciones pueden tener diferentes normas de sueño.
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