Ola de suicidios en Venezuela: un tema no visibilizado.
Por: Emilin Piña
No se puede dejar a un lado el tema del suicidio y mucho menos desvincular su aumento con la crisis en todos los ámbitos que se vive en Venezuela. Una situación sin precedentes y que ha llevado a formar parte de los disparadores para un aumento significativo del número de suicidios en nuestro país desde la pandemia de Covid19. No obstante, quienes están a cargo de las políticas públicas del gobierno de Nicolás Maduro, no han dado una respuesta oficial, ni estadísticas confiables que permitan
actuar al respecto.
El deterioro de la salud mental causada por agentes externos como la situación político-económico-social, conjuntamente con la dificultad para encontrar ayuda y tratar males como depresión y el manejo de las emociones, se han convertido en desencadenantes que pueden llevar a un individuo a cometer suicidio.
Las condiciones de vida extremadamente difíciles para muchos ciudadanos, generada por la caída vertiginosa del poder adquisitivo, los problemas relacionados con los servicios básicos como la electricidad y el agua, y la imposibilidad de poder comprar productos de primera necesidad, de medicamentos y la migración forzada, contribuyen a un constante estrés que afecta negativamente la salud mental y física de la población, aumentando el sentimiento de desamparo y desesperanza, factores fundamentales en el creciente numero de casos de suicidio.
En el ámbito político, la inestabilidad y la polarización han generado tensiones adicionales en la sociedad venezolana. La falta de consenso y la incertidumbre sobre el futuro del país han aumentado la ansiedad y la angustia entre la ciudadanía. La sensación de falta de control sobre nuestro propio destino, combinada con la percepción de un futuro incierto, contribuye a nuestra vulnerabilidad mental y
emocional.
La vulnerabilidad de una persona depresiva más un sistema político-económico totalmente caótico, donde le es difícil conseguir ayuda, o incluso el apoyo de las personas cercanas, ya que estas deben lidiar con sus propios problemas, los deja ante el panorama desolador que los rodea, encontrando en el suicidio un “escape” sin retorno.
Los casos más recientes que se han dado a conocer son el de Milanny Primera, en el Estado Miranda, estudiante de Medicina de 18 años y Gabriel Morillo, en Mérida de 19 años. Ambos jóvenes en el inicio de sus vidas, tomaron una decisión tan dolorosa para sus familias y para un país que los necesita.
Para finalizar, es bueno tener en mente lo que podemos hacer cuando estamos ante una persona que considera el suicidio como salida; una palabra correcta en el momento justo puede cambiar esta intención. Si Ud. o algún conocido padece de depresión, busque ayuda profesional.
“Todo lo puedo en cristo que me fortalece”. Filipenses 4:13.
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