Juan David niño de 7 años es la fuente de inspiración para sus compañeros
REDACCIÓN NOTI-AMÉRICA (ECUADOR)
En medio de la inmensidad de los Andes ecuatorianos, en el recinto Cocaniguas, se encuentra la Escuela Camilo Cienfuegos. Entre sus pasillos y aulas, late una historia que nos recuerda el valor incalculable de la presencialidad en la educación. Esta crónica narra la inspiradora travesía de Juan David, un niño de 7 años con grandes sueños y un compañero inusual: su amiga «Chirota Margarita», una mula que lo acompaña en su diario viaje de 10 kilómetros para asistir a clases.
Juan David, en su tercer año de Educación Básica, es un niño con un sueño claro: convertirse en docente y contribuir al mundo de la formación. Sueña con conocer Galápagos y tomarse una foto junto a las tortugas, un deseo que revela su amor innato por su país y sus habitantes más peculiares.
A pesar de las adversidades geográficas que enfrenta, Juan David es un estudiante ejemplar que nunca llega tarde a la escuela. Cada día, monta a Chirota Margarita y juntos emprenden un viaje que va más allá de la distancia física; es una travesía de determinación y amor por el conocimiento.
La maestra de Juan David, Mónica, comparte emocionada cómo este el estudiante se ha convertido en una fuente de inspiración para sus compañeros y toda la comunidad educativa. Su determinación para aprender y su valentía al enfrentar los desafíos del camino son un ejemplo para todos.
Para las autoridades del MinEduc en territorio, el caso de Juan David es una demostración de que la educación presencial es un factor clave en el desarrollo de niñas, niños y adolescentes.
La pasión de este estudiante y su disposición para superar obstáculos nos inspira a valorar cada día de clases y a reconocer el esfuerzo de quienes, como él, hacen lo posible por alcanzar sus sueños a través del aprendizaje.
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