Varios medios de comunicación marroquíes han difundido un documento desclasificado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos en el que se reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Oriental. El informe en cuestión señala como territorio marroquí la región que se extiende desde Hassi Beida (provincia de Bechar) hasta la ciudad de Tinjoub (sur de Mhamid Ghizlane), de acuerdo con medios como The North African Post o Hespress.
Además de reconocer esta zona -en la actualidad bajo el control de Argelia- como marroquí, el documento de la CIA responsabiliza a Francia, la antigua potencia colonial, de la disputa territorial entre Argelia y Marruecos y de los problemas fronterizos de la región.
Tal y como señala el informe, a la hora de trazar la línea divisoria entre ambos países magrebíes las autoridades francesas favorecieron a Argelia, que legalmente formaba parte de Francia, mientras que Marruecos era solo un protectorado. “Después de obtener la independencia en 1956, los marroquíes plantearon la cuestión de recuperar sus territorios saharianos anexados durante la era de la Argelia francesa”, añade el documento.
Unos años después, Marruecos y Francia “acordaron informalmente” sus respectivas zonas de operaciones para así evitar enfrentamientos entre sus fuerzas. “Bajo este acuerdo informal, los franceses extendieron su ocupación al norte y al oeste de las líneas anteriores, pero a la nueva línea no se le otorgó ningún estatus legal”, indica.
No obstante, tal y como recuerda el informe, esta línea es adoptada por los argelinos. Los marroquíes insisten en que la verdadera frontera es una línea anterior que incluye Hassi Beida y Tinjoub dentro del territorio nacional marroquí. “Estos puntos son importantes porque se encuentran en la ruta principal de las caravanas que une Colomb-Bechar y Tinduf”, explica el documento.
De acuerdo con The North African Post, el informe de la CIA hace referencia a un acuerdo alcanzado en 1961 entre el difunto rey Hassan II y Ferhat Abbas, entonces primer ministro del gobierno provisional argelino, para recuperar el Sáhara marroquí oriental, pero los líderes argelinos rompieron su promesa. “Se negaron a devolver los territorios saharauis marroquíes y prefirieron ceñirse a las fronteras coloniales heredadas”, concluye el texto. El documento también menciona la Guerra de las Arenas de 1963 entre los dos países vecinos.
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