Venezuela, gestoría de ilicitudes consumadas Por: Isaías Márquez
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Venezuela, gestoría de ilicitudes consumadas
Isaías Márquez
Venezuela otrora país de auspicios e ideales a realizarse con las exigencias que releva, funge, hoy día, de guarida para actividades punibles (delincuencia organizada): narcotráfico, narcoguerrilla ELN, alijo de oro y combustible en aduanas, que según investigaciones y experiencias directas, su volumen rebasa poco más de un 21 por ciento de su PIB, lo que antes añadía la renta petrolera. Informaciones fidedignas nos indican que solo el narcotráfico genera ganancias equivalentes a unos 4,92 millardos de USD; el contrabando de combustible, 1,9 millardos y la matraca, por extorsionistas de oficio, unos 825 millones, ante la actitud coautora de la FANB. Asimismo, las posibilidades de extorsión en alcabalas móviles. Negocios ilícitos ante un panorama inaudito de crimen organizado que dirige perversamente, el “cártel de los soles” desde Miraflores, cuyos actores y esquema son harto sabidos y posicionados. Entretanto, vemos a un pueblo demacrado y menguando en las salas de los centros asistenciales por falta de galenos y medicinas, aparte de una cantidad reveladora de adultos mayores em indigencia o en trabajos informales (buhonería y otros); además de los pichacheros transidos, que pululan por los muladares cercanos a los mercados. La ONU revela que cerca de unos 6,5 millones de personas padecen hambre en Venezuela.
Por otra parte, la expoliación abrupta y absurda del proyecto ecocida “Arco Minero del Orinoco”, donde se han enquistado unas organizaciones criminales denominadas, veladamente, “alianzas estratégicas”, conformadas por harpías mafiosas, ruinosas de oficio, para la explotación de oro, diamantes y otros metales valiosos; ínterín, acrece el desbroce, la erosión y la polución mercurial por todas esas comunidades de etnias indígenas, también bajo extorsión; daños irreversibles en la Orinoquía, de alcances a la Amazonía, lo que atisba una forma de etnocidio por la fragua de un dominio o feudo contemporáneo y destinarlo a fines inconfesables, patentizados desde ahora mismo, bajo la égida de un socialismo, capitalista y salvaje, que lidera una caterva obscena de sofistas con miras a vegetar, indefinidamente, en el poder mediante la oferta de dádivas y lisonjas a una población oprimida, inope e inerme.
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