Después de trascender públicamente el caso de robo con sumisión química del que dos funcionarios de la Embajada de Marruecos en Colombia fueron víctimas, fuentes de los círculos políticos y diplomáticos de Rabat comentan a ATALAYAR que podría tratarse de una operación de espionaje.
A mediados del mes de agosto, dos trabajadores de la Embajada de Marruecos en Bogotá fueron involucrados en un episodio aún por aclarar. Las versiones de la Policía de Bogotá y del Ministerio de Exteriores marroquí explican que dos trabajadores de la Embajada se citaron con dos mujeres a través de internet para cenar y conocerse. Poco después de la cena, los funcionarios marroquíes, un consejero y un contable, comenzaron a sentirse mareados. Las dos mujeres los acompañaron hasta el domicilio de uno de ellos, donde los trabajadores de la misión diplomática se desplomaron.
Al despertarse, echaron en falta dinero, un teléfono móvil y una tablet. Ambos trabajadores fueron hospitalizados más tarde. El Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí les suspendió a finales de la semana pasada y estarían ya de vuelta en Marruecos. Pese a que la primera información proporcionada por la embajadora de Marruecos en Colombia, Farida Loudaya, descartase la hipótesis del espionaje, otras fuentes diplomáticas marroquís aseguran a ATALAYAR que “todo indica que se trató de una operación de espionaje”.
La información ha sido desvelada por el periodista español, colaborador de ATALAYAR, Pedro Canales, a quien círculos políticos y diplomáticos de Rabat habrían confesado sus sospechas. De acuerdo con la información de estas fuentes, los aparatos electrónicos sustraídos a los funcionarios marroquíes eran para uso profesional. Las mismas fuentes sugirieron a ATALAYAR que el cambio de Gobierno en Colombia, con un giro a favor del Frente Polisario, podría haber motivado esta presunta operación de espionaje. “Con el cambio de Gobierno en Colombia y la llegada por primera vez en medio siglo de la izquierda radical pro-polisaria, había que esperarse alguna acción de este tipo”.
Tras la toma oficial del poder presidencial el pasado 7 de agosto, la primera acción diplomática de Petro Gustavo fue restaurar las relaciones con el Frente Polisario, poniendo así fin a una era de buenas relaciones con el Gobierno marroquí. El trabajo de la embajadora Farida Loudaya en Bogotá reforzó considerablemente la postura de apoyo del Gobierno de expresidente Iván Duque al plan de autonomía marroquí para el Sáhara.
Coordinador de América: José Antonio Sierra
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