El Ejército del Aire y del Espacio español ha sido una de las 25 fuerzas aeroespaciales de los cuatro continentes que han tomado parte en el mayor ejercicio de adiestramiento multinacional dedicado a la vigilancia del entorno ultraterrestre.
La presencia nacional ha corrido a cargo de oficiales del Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial (COVE), entre cuyas misiones se encuentran las de supervisar y controlar el espacio exterior en el marco del Sistema Nacional de Vigilancia y Seguimiento Espacial o S3T ‒acrónimo de Spanish Space Surveillance and Tracking‒, controlar y catalogar los objetos que orbitan la Tierra y analizar las amenazas provenientes del espacio.
El COVE mantiene lazos de cooperación con la OTAN, la Unión Europea y Estados Unidos, lo que ha propiciado que parte de su personal haya tomado parte en Global Sentinel 22. Se trata de un ejercicio liderado por el Mando Espacial de Washington que dirige el teniente general del Ejército de Tierra James Dickinson, de 60 años, que ha reunido en la base de la Fuerza Espacial de Vandenberg (California) a unos 150 aviadores dedicados a controlar en sus respectivas naciones cuanto ocurre en el espacio exterior.
Junto a militares de la nación anfitriona han participado equipos de otros 13 países de la OTAN ‒Alemania, Bélgica, Canadá, España, Francia, Grecia, Italia, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Rumanía y el Reino Unido‒ y de los dos que aspiran a ingresar en breve en la Alianza, Suecia y Finlandia.
También han asistido técnicos de control espacial de los más firmes aliados de Washington en Asía ‒Corea del Sur, Israel, Japón y Tailandia‒ y en Oceanía, Australia y Nueva Zelanda. Por parte de Iberoamérica han estado Brasil y Perú, cuyas Fuerzas Armadas disponen de centros de control para sus satélites de reconocimiento y observación, pero ha llamado la atención la ausencia de Chile. Un equipo de Ucrania ha asistido, pero ninguno de algún país del continente africano.
Los ejercicios de carácter anual Global Sentinel están enfocados a incrementar la interoperabilidad de las operaciones espaciales entre las fuerzas armadas que han suscrito con el Pentágono acuerdos de colaboración en la vigilancia del entorno ultraterrestre, como es el caso de las españolas y de los países citados.
Su finalidad es mejorar la cooperación y el entrenamiento de los usuarios del segmento terreno dedicado a inspeccionar de forma continua el entorno espacial, así como armonizar los procedimientos que rigen sus normas de conducta y transferencia de datos.
En definitiva, cada edición de Global Sentinel pretende actualizar y compartir conocimientos, para aumentar la seguridad y ofrecer respuestas semejantes en situaciones reales de cooperación internacional frente a riesgos o amenazas en la explotación de los sistemas espaciales.
Las unidades militares invitadas a asistir al adiestramiento, entre ellos el COVE español, han desplazado equipos formados por entre cuatro y media docena de oficiales y suboficiales con gran cualificación en la materia, que han tenido que compartir, seguir y reaccionar ante los ocho distintos escenarios que se les han planteado.
Distribuidos por naciones, han afrontado una amplia gama de situaciones operativas con satélites, astronaves y diferentes objetos en el espacio, tanto de forma cooperativa como sólo nacional. También han constituido ocho Centros Regionales de Operaciones Espaciales para propiciar la integración de equipos multinacionales.
Todos han tenido que resolver simulaciones “de agresiones y de denegación de servicios satelitales, detección de ataques de guerra electrónica, mitigar acciones intencionadas contra infraestructuras en tierra y perturbaciones en las comunicaciones derivadas de tormentas solares”. También han resuelto incidencias en reingresos de astronaves en la atmosfera ‒tanto controlados como incontrolados‒, evaluado los riesgos de basura espacial en trayectorias de colisión con satélites y de diferentes tipos de maniobras de plataformas y constelaciones en órbita.
Los oficiales de enlace norteamericanos han ampliado la experiencia de los asistentes en el uso de software aeroespacial. Es el caso de STK (Systems Tool Kit), herramienta que utiliza la comunidad aeroespacial civil y de defensa a escala global para los análisis y cálculos en órbita, misiones planetarias e interplanetarias y para evitar colisiones orbitales.
La presencia de militares españoles en Global Sentinel se ha producido en años anteriores y está previsto que prosiga. El COVE debe alcanzar su plena capacidad operativa en junio de 2023 y en su ADN se encuentran la formación continua. El Centro se creó en 2021 y “por su alto potencial disruptivo” ha cobrado “una gran relevancia”, ya que los activos espaciales “constituyen infraestructuras críticas en los que se apoya la seguridad de un país”, explicó el general del Aire Juan Francisco Sanz, jefe del Sistema de Vigilancia y Control Aeroespacial, a la ministra de Defensa, Margarita Robles, en su primera visita al Centro.
La edición de 2022 del Global Sentinel se ha desarrollado del 25 de julio al 3 de agosto en el Centro de Operaciones Espaciales Combinadas (CSpOC), organismo perteneciente al Componente Espacial de la Fuerza Combinada (CFSCC) de la Fuerza Espacial norteamericana. La alta dirección del ejercicio ha estado bajo la esfera de la general de División del Aire DeAnna Burt, jefa del CFSCC.
Al frente de un colectivo de 17.000 militares, la general DeAnna Burt, de 53 años, ha sido durante cerca de dos años y hasta el 22 de agosto la máxima responsable de planificar, integrar, dirigir y evaluar las operaciones espaciales conjuntas y combinadas de Estados Unidos. También de coordinar la gestión del tráfico espacial, el funcionamiento del sistema de navegación GPS y de que las comunicaciones militares vía satélite estén disponibles para los altos mandos combatientes norteamericanos y sus aliados.
Para ocupar un puesto de mayor responsabilidad en el seno de la fuerzas espaciales del Pentágono, la general DeAnna Burt ha sido relevada hace menos de una semana por el también general de División Douglas Schiess, de 52 años, que hasta entonces era el Jefe de Operaciones Espaciales y mano derecha del teniente general Dickinson.
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