Me quiero separar, el deseo de muchos matrimonios
Han sido años muy complicados para los hogares y para las familias, pero sobre todo para los matrimonios. Las tensiones generadas durante los tiempos de confinamiento, como también en los meses posteriores, con esta vuelta a la normalidad gradual pero regada por el miedo a los contagios, han causado que muchos matrimonios se hayan acabado rompiendo por completo.
En muchos países del mundo, las familias están escuchando más que nunca una frase muy concreta: me quiero separar. Está siendo el deseo de muchos matrimonios, alimentado por la crispación, por la incertidumbre y por el afán de buscar nuevos aires para cambiar la situación que lleva años acumulando complicaciones, baches y discusiones.
Los divorcios se disparan tras la pandemia
La situación ha cambiado enormemente a nivel social con respecto a hace tan solo dos años. El mundo entero ha pasado por el peligro de una enfermedad que ha puesto muchas vidas en jaque, pero que también ha puesto contra las cuerdas a muchos de los engranajes más básicos que hacen funcionar a la sociedad. Empresas que cierran, trabajos perdidos, precios que suben, temores a viajar… La crispación social se ha convertido en la nota predominante en muchas partes del mundo.
Además, ahora que se empieza a ver la luz tras la pandemia, surge la amenaza de un conflicto bélico, aderezada por otra enfermedad que empieza a extenderse en casos registrados por diferentes países. No, desde luego el mundo no lo está poniendo fácil a los matrimonios, sobre todo a los que han tenido que vérselas con la peor parte de la pandemia durante los meses que esta se ha prolongado.
Hay crispación fuera, pero también dentro de los hogares, y eso está llevando a conflictos que están desembocando en separaciones. Es cierto que, durante la pandemia, muchos matrimonios se mantuvieron por la incertidumbre futura. La inestabilidad económica y los problemas para encontrar empleo hacían que muchas parejas se mantuvieran juntas por miedo a no poder sostenerse en solitario. Sin embargo, ahora que la nueva normalidad se está instaurando, el miedo se ha perdido.
La cuestión es que, como bien explican los abogados de divorcio express, esta tensión social, la precariedad económica y la negatividad imperante no tienen por qué ser motivo de separación. Se puede dejar todo eso a un lado para intentar aprovechar la ola y subirse a ella, para que estos tiempos tan complicados no sean el hacha que corte la pareja, sino el pegamento que la una más que nunca. Las familias que están sometidas a tanta presión pueden separarse o divorciarse, pero también pueden reforzar su relación.
La facilidad para el divorcio ha dejado huella
La crispación y las tensiones han derivado en problemas, y estos han acabado rompiendo muchos matrimonios. Sin embargo, no se debe achacar todo solamente al contexto que nos rodea, al menos no solo a su componente social. También hay que abordar otros dos: el legal y el económico. Ambos van de la mano, y ambos han hecho mucho a la hora de fomentar los divorcios.
Porque las leyes sobre divorcios han cambiado mucho en las últimas décadas. De hecho, ahora no son ni la mitad de complicados de lo que eran hace tan solo 10 años. Una pareja que quiera separarse de mutuo acuerdo, puede llevar a cabo un proceso por el que, en menos de un trimestre, ya habrá terminado y cerrado el divorcio. Sin necesidad de convenio regulador, sin necesidad de buscar diferentes abogados y, sobre todo, sin necesidad de pagar ingentes cantidades de dinero.
Solo hace falta un abogado para la pareja y llevar a cabo un proceso fácil, sencillo y sin quebraderos de cabeza. Claro está, esto solo se aplica en caso de haber acuerdo y, además, si no hay hijos menores de edad, o simplemente no hay hijos, el procedimiento puede ser incluso más rápido. Una buena solución para los tiempos que corren y, también para muchos, una herramienta que ha hecho que muchas parejas hayan decidido dar el paso y separarse definitivamente.
Porque, en cierto modo, las separaciones pueden ser en muchos casos la única vía para que ambas partes vuelvan a ser felices. Hay circunstancias en las que una relación ya no puede mantenerse, y hacerlo no es más que alargar algo que no hace bien alguno a ninguna de las dos partes.
¿Un buen momento para remontar?
Como decíamos, los abogados especialistas en divorcios también hacen hincapié en que precisamente esta nueva situación puede ser de utilidad para que las familias salgan más reforzadas que nunca. No hay nada que una más que una crisis bien resuelta, y la de estos dos años ha sido sin duda una prueba de fuego para todo el mundo. La convivencia se ha forzado, a veces se ha llegado al aislamiento social absoluto, como también a pasar muy malos tragos con seres queridos.
Todo se ha complicado y ha puesto a prueba a las personas, al igual que a sus relaciones con los demás. Ahora, que empieza a salir el sol, que la situación se está calmando lenta pero continuamente, puede ser muy buen momento para aprovechar todo ese tiempo perdido por culpa de la pandemia, para hacer todo aquello que nunca se pudo y, en definitiva, para que la relación vuelva a reconstruirse y reforzarse. Si ha logrado superar la tormenta, con la calma no hara más que fortalecerse enormemente.
Resulta curioso porque, mientras los divorcios van en aumento estos días, las relaciones que siguen a flote lo hacen con muchísima más fuerza que antes. Es una contraposición interesante, pero que no hace más que demostrar todo lo que ha cambiado el mundo en este tiempo, y eso que promete seguir cambiando mucho más en los próximos meses y años. Y es que la situación general no es fácil todavía, y queda por ver cómo evoluciona.
Sea como fuere, las dos opciones están ahí: divorciarse es posible, y muy fácil en comparación con otros años; pero también es posible seguir adelante, y hacerlo para disfrutar de la familia como nunca antes.
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