España y Estados Unidos manifestaron la intención de trabajar conjuntamente para solventar el conflicto enquistado desde hace décadas del Sáhara Occidental. Este fue uno de los mensajes principales lanzados durante la reunión que mantuvieron en Washington José Manuel Albares, ministro español de Asuntos Exteriores, y Antony Blinken, secretario de Estado norteamericano.
Ambos diplomáticos acordaron en su reunión del martes “unir fuerzas” de cara a arreglar la situación actual que acucia a los saharauis. “Hemos acordado unir fuerzas para resolver este conflicto que ya dura demasiado y para el que hay que encontrar solución”, dijo el ministro de Exteriores español, según informó la agencia de noticias Europa Press. José Manuel Albares también indicó que “hay miles de personas” que esperan esa solución.
Con esta postura manifestada por el ministro José Manuel Albares, España sigue dando muestras de acercamiento con Marruecos después del importante mensaje lanzado por el rey Felipe VI poco antes en un discurso realizado en la recepción del cuerpo diplomático. El monarca español indicó que los Gobiernos de España y Marruecos “han acordado redefinir conjuntamente una relación para el siglo XXI, sobre pilares más fuertes y sólidos”. “Ahora, ambas naciones debemos caminar juntas para empezar a materializar ya esta nueva relación”, explicó el rey de España, quien señaló también que “se trata de encontrar soluciones a los problemas que preocupan a nuestros pueblos”.
Estos signos de aproximación llegan después de unos meses convulsos en los que hubo enfrentamientos diplomáticos entre España y Marruecos sobre todo a raíz de la presencia en territorio español de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, para ser tratado el mes de abril pasado por una grave afección respiratoria en un hospital de Logroño. El reino alauí denunció el hecho de no haber sido informado convenientemente por el Gobierno español sobre este hecho a pesar de ser considerado un aliado político. Tras esto, llegaron episodios que tensaron más la situación como la entrada de miles de inmigrantes ilegales procedentes del país norteafricano a través de la frontera de Ceuta o la retirada de la embajadora marroquí de Madrid.
En este escenario también subyacía el hecho de que Marruecos considera que España no le ha apoyado suficientemente en la cuestión del Sáhara Occidental, al revés de lo que han hecho otras naciones importantes, como Estados Unidos, que han dado soporte a la propuesta del Reino para resolver el conflicto saharaui, basada en una fórmula de amplia autonomía para el Sáhara Occidental bajo soberanía marroquí. El pasado Gobierno norteamericano de Donald Trump apoyó esta tesis a cambio de que el reino alauí estableciese relaciones con Israel, y esta postura no ha sido revocada por el actual Ejecutivo de Joe Biden. Otras naciones mostraron su apoyo también a Marruecos, como es el caso de Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido o Alemania.
Todo ello frente a la postura del Frente Polisario, que defiende la celebración de un referéndum de independencia del pueblo saharaui; una opción que tiene escasos apoyos en el plano internacional, entre los que se encuentra el de Argelia, gran rival político de Marruecos en el Magreb y que decidió cortar relaciones diplomáticas el pasado mes de agosto con el Reino debido a la difícil relación existente entre ambos países, fomentada por la postura política agresiva argelina, como han apuntado diversos analistas.
Precisamente, el nombramiento de José Manuel Albares como ministro de Asuntos Exteriores de España, en sustitución de Arancha González Laya (que se vio inmersa en la polémica de la presencia de Brahim Ghali en España), estuvo encaminado a mejorar las relaciones con Marruecos debido al perfil político del diplomático español.
Esta reunión entre José Manuel Albares y Antony Blinken llegó justo después de la gira de Staffan de Mistura, enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, por Marruecos y los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf en Argelia para comprobar sobre el terreno el estado de la situación. Los refugiados saharauis atraviesan por unas condiciones de vida realmente difíciles en los campamentos, agravada por la situación actual de pandemia de la COVID-19.
El Departamento de Estado de Estados Unidos mostró su apoyo total al trabajo de Staffan de Mistura y aprovechó este anuncio para volver a alinearse con las tesis de Marruecos. El propio José Manuel Albares también indicó que este viernes se reunirá en Madrid con el enviado de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental para abordar el asunto, mientras Marruecos sigue esperando que llegue el reconocimiento del Sáhara Occidental como marroquí por parte del Gobierno español como gesto para establecer un vínculo diplomático fuerte.
José Manuel Albares y Antony Blinken también trataron otros asuntos relevantes como la próxima cumbre de la OTAN que se celebrará los días 29 y 30 de junio en Madrid, el conflicto que se vive en Ucrania con el posicionamiento beligerante de Rusia en la frontera o la cooperación bilateral entre España y Estados Unidos en otros asuntos.
En la agenda del ministro Albares también se programó un encuentro con Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, con Joaquín Castro, presidente del US Spain Council, con Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), y con Mauricio Claver-Carone, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo.
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