Durante el inicio del 2021, los medios de comunicación de todo el mundo califican la situación epidémica de América del Sur como la más compleja. El colapso de la sanidad y la falta de recursos médicos provocó la pérdida de miles de personas en toda la región, provocando situaciones insostenibles en países como Brasil, Perú o Ecuador, en este último aún no se han logrado cuantificar las pérdidas reales ya que, tras la saturación de las morgues, muchos quedaron sin identificar.
Esta realidad convirtió a América del Sur en la región con más casos por COVID-19, superando a Estados Unidos y Europa. Sin embargo, el final de 2021 ha revelado una esperanza dentro de la situación que vive la región, se ha situado como la zona con mayores niveles vacunación contra el coronavirus.
La llegada de vacunas permitió reducir el impacto de la pandemia, hasta convertir a América del sur en la región más vacunada, con un 63,3% del total de su población completamente vacunada contra el virus. En segundo lugar, se encuentra el continente europeo con un 60,7%. El último puesto lo ocupa África con tan solo un 8,8% con pauta completa según los datos de Our World in Data de la Universidad de Oxford. Este proyecto refleja como las tasas de contagio y las muertes se han reducido drásticamente con respecto a mediados de 2021.
La región del sur de América ha progresado en la lucha contra la pandemia, pero aún está lejos de superar la crisis. A pesar del 63,3% de vacunación, los expertos estiman necesario un 80%, tras el surgimiento de variantes, para lograr una inmunidad colectiva.
Chile es la nación más avanzada en la región, el 92% de los mayores de 18 años tiene la pauta completa de dos vacunas, y el 68% ya ha recibido la dosis de refuerzo. En Uruguay más del 75% de la población ha recibido dos dosis, y el 42% la tiene la tercera. En Brasil el negacionismo del presidente Bolsonaro no ha evitado que el 67% de la población cuente con dos dosis y el 11,5% va por la tercera.
La adopción de las vacunas no fue bien recibida inicialmente en América del Sur, sin embargo, esta situación se ha revertido y ha provocado la expansión rápida de la vacuna.
Los expertos han señalado una serie de factores que han potenciado la difusión de la campaña. Entre ellos, el epidemiólogo brasileño, Paulo Lotufo, ha destacado el sistema de vacunación de la región, que se ha caracterizado históricamente por la adopción y confianza en las vacunas en masa como en enfermedades como la viruela o el sarampión, y que ha propiciado la instauración de esta nueva dosis. En algunas ciudades importantes, como Río de Janeiro y Sao Paulo cerca del 99% de la población adulta ha recibido al menos una dosis de la vacuna frente al COVID-19.
Aunque parece sorprendente, Europa, a pesar de disponer de más medios y vacunas, tiene niveles más bajos de vacunación, esto se debe principalmente al abstencionismo y negacionismo hacia las inyecciones de inmunización por parte de miles de habitantes europeos.
Los gobiernos de Francia, España y Alemania se vieron obligados a reanudar las medidas de cierre y restricción en un intento de prevenir la rápida propagación de la infección, mientras se enfrentaban al problema de las tasas de vacunación insuficientes.
La llegada de la variante Ómicron, que golpea sin excepción y acelera los contagios incluso en personas inoculadas, supone un gran desafío para las autoridades sanitarias. Los expertos sanitarios subrayan la efectividad de las vacunas para evitar que las personas desarrollen síntomas graves de la enfermedad, además, recomiendan una tercera dosis de las vacunas.
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