- Zlatko Dalic prefirió un inicio modesto como entrenador
- Tiene 51 años y lleva menos de uno al frente de la selección
- «Tenemos similitudes con la Grecia de 2004»
Por Vjekoslav Paun, con Croacia
Las constantes peticiones de autógrafos y fotos de los hinchas de los Vatreni han impedido al seleccionador croata, Zlatko Dalic, disfrutar últimamente del lujo de tener unos minutos de tranquilidad en el vestíbulo de su hotel.
Aun así, está disfrutando de esta etapa al frente del conjunto balcánico, que se prepara para afrontar su mayor reto en la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™: la final, este domingo ante Francia en el estadio Luzhnikí de Moscú, un duelo en el que cualquier entrenador sueña con participar.
“Seguimos viviendo nuestros sueños, ahora estamos muy cerca”, declara con calma el técnico desde el hotel del equipo, situado en el centro de Moscú.
Dalic, centrocampista defensivo en su época de jugador, nunca vistió los colores de Croacia, pero no vaciló a la hora de hacerse cargo de la selección absoluta de su país el pasado mes de octubre, cuando corría el riesgo de quedar eliminada de la competición preliminar de Rusia 2018.
“Siempre he tomado los caminos más difíciles, en mi vida y en mi carrera. No quería limitarme a ser un entrenador medio en Croacia. Tenía que empezar en el club más modesto”, explica.
“Al cabo de un año en Asia, pasé a ser el mejor técnico, y luego dirigí durante tres años al Al Ain [en los Emiratos Árabes Unidos], que es como el Real Madrid en Europa. Para mí fue una experiencia grandísima. Entrené a los dos clubes más grandes de Asia, y cuando recibí la llamada de Croacia no lo dudé”.
País pequeño, selección enorme
Ahora, transcurridos unos meses, Dalic ya ha superado a su mentor, Miroslav Blazevic, quien consiguió una tercera posición con Croacia en el estreno del país en el Mundial, allá por 1998.
“Con este gran resultado [la clasificación para la final], no cabe duda de que hemos entrado en la historia, al ser uno de los países más pequeños que han disputado un Mundial”, recuerda Dalic.
“Si nos fijamos en las condiciones en las que trabajamos, somos un fenómeno que asombra al mundo. Nosotros no tenemos el entorno apropiado, con grandes equipos [en la liga croata], pero sí contamos con grandes jugadores, que nos han dado esta alegría tremenda. Es un éxito mundial”.
Dalic compara la trayectoria de Croacia en Rusia con la de otro país mediterráneo que sorprendió al globo en la UEFA EURO 2004.
“Hay similitudes entre la actual Croacia y la Grecia de 2004, aunque su estilo de fútbol es distinto”, señala. “Nadie pensaba que Grecia pudiese ser campeona [de Europa], pero era una selección compacta, y hacía un excelente trabajo de equipo”.
Croacia es la nación más pequeña que llega a la final de un Mundial desde 1950, cuando lo hizo Uruguay, y Dalic considera que sus hombres disponen de las cualidades necesarias para ganar el trofeo el domingo por la tarde.
“La final del Mundial enfrentará a dos grandes equipos”, afirma. “Va a ser nuestro partido más importante, y el rival más complicado, eso seguro. Francia es muy peligrosa en los contraataques. Nosotros hemos recorrido un camino difícil hasta llegar a la final, pero no hay excusas, estamos listos para el último partido del torneo”, concluye.
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