Brasil le gana 1-0 a Alemania en su terapia contra el «fantasmita»
Berlín, – Con una sólida actuación en la que mantuvo la menta fría para imponer un juego organizado, Brasil se impuso ayer 1-0 a Alemania, de visitante en el estadio Olímpico de Berlín, en un partido amistoso que le sirvió como terapia contra el «fantasmita».
El centrodelantero Gabriel Jesus fue el autor del único gol que le sirvió a Brasil a elaborar parcialmente la experiencia traumática que significó la estrepitosa goleada del 7-1 sufrida ante Alemania en las semifinales del Mundial en casa en 2014.
Esa derrota es la que el entrenador de la «canarinha», Tite, calificó en la víspera de «fantasmita» que había que superar.
«El momento es de confianza», aseguró el mediocampista Paulinho. «Este partido no tuvo nada que ver con 2014. En el final sufrimos para defendernos y terminamos aguantando la presión. Pero lo más importante es la victoria y la serie de resultados que estamos consiguiendo», explicó el mediocampista del Barcelona.
Para lograrlo, Tite presentó a su mejor equipo, con excepción del lesionado Neymar. Y no apostó a la costumbre de hacer rotar a medio equipo, habitual en un amistoso. A diferencia de su colega Joachim Löw, que recambió a media docena de jugadores y experimentó nuevos esquemas de juego.
Alemania se plantó desde el inicio como corresponde al dueño de casa y al vigente campeón mundial. Haciendo rodar el balón, aprovechando los laterales, buscando la puntería del veterano Mario Gómez, el centrodelantero que tuvo hoy su última oportunidad para luchar por un lugar en el Mundial de Rusia.
Brasil mostró sus respetos, pero hasta que promedió el primer tiempo, cuando hace cuatro años el marcador ya estaba 5-0 para los germanos. Pero hoy el marcador estaba cerrado y Brasil se atrevió.
Tite había ordenado hacer un juego sólido, de contención de los alemanes, apostando a los contragolpes que empezaron a producirse gracias y la velocidad de Coutinho, Willian y Jesus.
A los 36 minutos, Jesús tuvo la primera gran oportunidad al ganarle en velocidad a los centrales de la defensa alemana, pero no pudo definir con serenidad algo que sí logró apenas 60 segundos después.
Willian, el extremo del Chelsea, desbordó por izquierda y el centro lo conectó Jesus, el delantero del Manchester City, con un soberbio cabezazo, que el arquero alemán, Kevin Trapp, suplente en el Paris Saint Germain, pudo manotear solo a medias, sin poder evitar que el balón se colara en las mallas.
A pesar del gol, el delantero del City no se fue conforme con su actuación. «Particularmente no estuve en mi mejor día técnicamente, fallé pases tontos, fallé en definiciones que no acostumbro fallar», afirmó Jesus, que valoró el triunfo ante el campeón del mundo.
«Estoy muy contento por la victoria, por la actuación del equipo. Sufrimos en el momento en que tuvimos que sufrir, pero también jugamos cuando teníamos la pelota», completó el delantero.
Alemania se desorganizó, perdió la línea tras ese gol, perdió contundencia en la ofensiva y se dejó adormecer por el sólido juego de contención de Brasil.
«Hoy no tuvimos una actuación redonda, cada uno de los jugadores tuvo dudas, no estuvo a la altura acostumbrada», sintetizó Joachim Löw, el técnico alemán, tras el partido. «Estuvimos mal en la defensa, lejos del jugador y lejos del balón, sobre todo en las jugadas de área y eso es algo que no puede pasar jamás, es imperdonable», reconoció el entrenador.
En la segunda parte, los locales apenas dispararon contra el arco defendido por Allison (Roma) y Brasil, en su sesión terapéutica, seguía generando peligro con sus contragolpes.
Para Brasil, el triunfo tuvo además otro sabor especial: le rompió la fiesta alemana, quebrándole el invicto que mantenía desde hace 22 partidos, interrumpiendo una secuencia que podía ser inédita en la historia de la «Mannschaft» si hoy no perdía.
«Perdimos la pelota, no fuimos precisos, y Brasil estaba muy bien plantado, muy concentrado», analizó Löw, que se quedó sin el invicto que traía desde las semifinales de la Eurocopa 2016.
Fuente(dpa)
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