Adiós a las mujeres en lencería: Alemania se pone el traje feminista
Berlín – A pesar de que en Alemania el pasado 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora, las manifestaciones a favor de la igualdad apenas tuvieron eco, la potencia europea intenta no perder el paso que marcan países más reinvindicativos como España o Argentina y avanza con diversos gestos en la conquista de la igualdad.
El diario sensacionalista «Bild», el más vendido del país, anunció recientemente que dejará de publicar fotografías de mujeres en top-less. En la Fórmula 1, las azafatas de las parrilla de salida desaparecerán a partir de esta temporada para ser sustituidas por niños.
En Alemania, el Consejo de Publicidad recibe cada vez más quejas por anuncios sexistas. ¿Qué está pasando? ¿Se mueve algo? ¿Cómo respira la sociedad actual en relación al papel de las mujeres, de los hombres y al reparto de roles?
Desde hace ya seis años, «Bild» no incluye a mujeres con el torso desnudo en su portada. Ahora, va un paso más allá y prescinde de estas imágenes también en páginas interiores.
«Nuestra sensación en los últimos meses es que muchas mujeres, cada vez más, perciben estas fotografías como ofensivas o degradantes, tanto en nuestra redacción como entre nuestras lectoras», alegó el periódico.
Un paso hacia delante aunque no definitivo, porque «Bild» se reserva el derecho a publicar fotos de mujeres desnudas en el caso de que dichas imágenes sean «relevantes» para el país.
Otros medios de comunicación también han abandonado viejos hábitos para abanderar con pequeños gestos la lucha feminista. La revista «Cosmopolitan», dirigida principalmente al público femenino, obviará la edad de las personas que aparezcan en sus páginas cuando este dato no sea de especial relevancia.
En el sector publicitario, los cambios también se dejan notar porque la opinión pública cada vez es menos tolerante con anuncios que explotan a la mujer objeto o que basan el grueso de su campaña en lemas o imágenes discriminatorias.
Una carnicería alemana lo sabe bien. Este negocio se lanzó a buscar personal utilizando el eslogan «¿Tienes ganas de carne?» acompañado por la imagen de una mujer en lencería fina cargando un trozo de carne. Las numerosas quejas recibidas llevaron a cambiar la campaña.
El clima social venía mutando en los últimos tiempos y con el empujón dado por el movimiento #MeeTo parece imparable. Este colectivo que denuncia casos de acoso y de abusos sexuales a mujeres y que estalló en octubre en torno al productor estadounidense Harvey Weistein ha causado un terremoto que ha movido los cimientos.
«En general, las empresas son más sensibles en lo que se refiere a anuncios sexistas», señala Julia Busse, directora gerente de la Asociación Central de la Industria Publicitaria de Alemania. «La publicidad, es un espejo de la sociedad y genera impulsos. No obstante, no es su tarea contribuir al cambio social», agregó.
Esto significa también que, si en la vida real la mayoría de las mujeres se encargan de las tareas de la casa y los hombres de cortar el césped ¿Por qué los anuncios deben dar una imagen diferente?
Es similar a lo que hoy día ocurre con el tabaco, que está mal visto. Los valores y el reparto de roles evolucionan en la sociedad de manera paulatina. En algunos anuncios, los hombres mantienen conversaciones sobre pañales. Los más conservadores deploran la desaparición del auténtico macho alfa y el fin del erotismo. ¿Se acabaron los «hombres de verdad» y las mujeres sexies?
Argumentos como éste los conoce bien Stevie Schmiedel, activista que secunda la campaña de protesta «Pinkstinks» (el rosa apesta en su traducción al español), dirigida a luchar contra el sexismo y los roles de género tradicionales. «No se trata de prohibir lo erótico o lascivo, no queremos ser censores», precisa.
«Una mujer en ropa interior como protagonista de un anuncio está bien cuando se anuncia lencería y no está bien cuando aparece semidesnuda para publicitar un sofá», explica Schmiedel, quien considera que el debate abierto por el movimiento #MeeToo ha servido también para que las empresas hablen más de sexismo.
Pero no todo se cambia de un día para otro: los chistes que a menudo cuentan los «viejos verdes» siguen escuchándose a diario en pequeñas y medianas empresas y en Alemania la ropa de los niños sigue siendo en su mayoría azul y la de las niñas rosa, indican desde «Pinkstinks».
«También es interesante ver lo diferentes que son los dibujos que incluyen los champús o los puzzles para niños y para niñas. Ellos se representan en acción con una pose que parece indicar ‘Aquí estoy yo’, mientras que ellas miran siempre fijamente a la cámara como preguntándose ‘¿Estoy guapa?'», lamenta la activista.
La brecha salarial entre hombres y mujeres o un lenguaje más inclusivo con las mujeres se presentan como las batallas más inminentes.
De ello, se habla mucho en Alemania en la actualidad no solo por la resaca del Día Internacional de la Mujer, sino porque también recientemente un tribunal negó a una anciana tener el derecho a ser tratada por su banco como «clienta» en vez de como «cliente» o como «ahorradora» en vez de «ahorrador» en documentos emitidos por la entidad.
El objetivo primordial en la lucha feminista es que los avances logrados no tengan marcha atrás. La decisión de la revista «Playboy» de recuperar los desnudos de mujeres en sus páginas poco más de un año después de anunciar que prescindía de ellos hizo saltar las alarmas.
«Seré el primero en admitir que el modo en que la revista mostraba la desnudez era anticuado, pero quitarla por completo fue un error», declaró Cooper Hefner, hijo del fundador de «Playboy» y actualmente al cargo de la publicación.
«La revista siempre va a estar enfocada a los intereses masculinos, pero como los roles de género siguen evolucionando, nosotros también lo haremos», concluyó.
Fuente(Por Caroline Bock dpa)
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