Trump se reúne con príncipe heredero saudí con vista puesta en Irán
Washington/Riad, 20 mar – El presidente estadounidense, Donald Trump, recibe hoy en el Despacho Oval de la Casa Blanca al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman, en el marco de una mejora de las relaciones bilaterales que se ve reforzada por la oposición de ambos al aumento de la influencia de Irán.
Tras el daño que sufrieron las relaciones con el ex presidente Barack Obama, bajo el que las potencias internacionales firmaron el acuerdo nucelar con Irán, la llegada al poder de Trump y su intento de desmantelar ese acuerdo han vuelto a acercar a Washington al reino saudí, que se disputa la hegemonía regional con el país persa.
Trump necesita al príncipe heredero, considerado el verdadero hombre fuerte de la monarquía saudí y que visita por primera vez Estados Unidos desde su nombramiento, para presionar a Teherán.
Pero también el heredero saudí, de 32 años, conocido en su país como «MbS», necesita inversiones concretas de Occidente para hacer viable su plan económico, conocido como «Visión 2030», que pretende hacer la economía del país menos dependiente del petróleo, desarrollar un sector privado fuerte, así como convertir al país en un centro tecnológico.
Arabia Saudí, que ya invirtió miles de millones en startups como Uber, Slack y WeWork, necesita urgentemente inversiones de riesgo en su economía, dijo la analista Reva Goujon de Stratfor recientemente en un debate de esa plataforma geopolítica de inteligencia estadounidense.
De lo contrario, la potencia corre el riesgo de debilitarse y, a largo plazo, perder influencia regional, algo que a Trump tampoco le interesa.
Trump ya mostró un acercamiento a Riad durante una visita el año pasado y con la firma de ventas de armas. «Mbs» es considerado también un hombre cercano al yerno de Trump Jared Kushner.
Pero su visita se produce en medio de días turbulentos en la Casa Blanca: Kushner perdió hace poco su acceso a información ultrasecreta y es blanco de críticas por sus negocios privados, lo que hace incierto su futuro.
En su rumbo político, en el que ha llegado a utilizar la fuerza, Mohamed bin Salman cuenta con el beneplácito de Estados Unidos: «Tengo gran confianza en el rey Salman y en el príncipe heredero de Arabia Saudí, saben exactamente lo que hacen…», tuiteó Trump cuando el príncipe hizo detener en noviembre a numerosos príncipes y otros dignatarios en el marco de su campaña anticorrupción. Después los obligó a pagar compensaciones por más de 100.000 millones de dólares a cambio de su libertad.
Sin embargo, sus métodos podrían desatar la desconfianza de los inversores, alertan los analistas.
En Yemen, el Gobierno estadounidense apoya la coalición sunita liderada por los saudíes contra los rebeldes hutíes chiitas apoyados por Teherán, pese a que en el Senado crecen las críticas al a ayuda militar: la cámara podría votar esta misma semana sobre una resolución presentada por un grupo de senadores de ambos partidos en la que se insta a Trump a suspender este apoyo.
El príncipe saudí es considerado también el cerebro que estuvo detrás del bloqueo al vecino emirato de Qatar y la crisis de Gobierno en Líbano, que también se dirigía contra Teherán. Además, Riad también lucha en Siria indirectamente contra Irán.
CP (dpa)
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