El fútbol puede ser también un infierno: los estragos de la presión
O, en todo caso, hacer que la vida fuera del campo sea difícil, como le ocurre al portugués André Gomes, futbolista del Barcelona, que confesó que algunas veces no sale a la calle «por vergüenza» después de recibir abucheos de su propia hinchada en el Camp Nou.
«En más de una ocasión me ha pasado, el no querer salir de casa. Eso de que la gente te pueda mirar, tener miedo de salir a la calle por vergüenza. Mis amigos me dicen que voy con el freno de mano puesto. Me encierro en mí mismo», relató en una entrevista publicada por la revista «Panenka».
Para Gomes, que llegó al Barcelona en julio de 2016, «quizá la palabra no sea la correcta, pero se ha convertido en un poco infierno».
«Empecé a tener más presión. Con la presión yo vivo bien, con lo que no vivo bien es con la presión para mí mismo. La sensación que tengo en los partidos es mala», explicó el luso, que no obstante ha contado con el respaldo de los técnicos Ernesto Valverde y, antes, Luis Enrique.
Pero Gomes no es el único. Poco antes, el alemán Per Mertesacker también contó su experiencia con la presión en el fútbol. En el Mundial 2006, el defensor era parte del plantel alemán que perdió con Italia en las semifinales.
«Claro que estaba decepcionado por haber sido eliminados ante Italia», explicó el zaguero en el semanario «Der Spiegel». «Pero estaba sobre todo aliviado», aclaró sorprendentemente el jugador del Arsenal.
«Todavía lo recuerdo como si fuera hoy. Solo pensaba: se acabó, se acabó. Finalmente se acabó», confesó el defensor, que luego sería campeón en Brasil 2014.
El jugador de 33 años, que en la entrevista critica la presión a la que son sometidos los futbolistas, contó además que tiene náuseas y diarrea antes de cada partido. «Es como si mi cuerpo me dijera simbólicamente que es vomitivo», señaló el alemán, que se retirará a final de esta temporada y trabajará con los más jóvenes en el Arsenal.
«Somos unos privilegiados, pero hay un punto en el que todo se convierte en una carga. Ahora mismo es demasiada presión, prefiero estar en el banquillo e incluso en la grada», expresó el defensor.
¿Expectativas demasiado altas? ¿Falta de manejo de la ansiedad o del estrés?
El fútbol, en todo caso, parece romper con uno de sus tabúes y admite que los jugadores no son solo atletas, también sufren y conviven con la presión y la ansiedad de una manera más común de la que se podría imaginar.
Y si bien las declaraciones de Mertesacker recibieron críticas como las de un histórico como Lothar Matthäus, que le dijo que si la presión era demasiada podía haberse retirado, otros futbolistas han manifestado comprensión.
«Sin duda es un problema. En todo caso dijo la verdad», expresó el volante Thomas Müller, también campeón en Brasil 2014. «La presión está totalmente ahí porque nuestro rendimiento es evaluado en público», dijo.
«Este problema le afecta a todo el mundo», dijo el argentino Jorge Valdano, campeón con Argentina en el Mundial de México 86, en un programa de la cadena beIN Sports.
«Cuando salíamos al túnel de vestuarios decíamos ‘espérate que falta Jose Antonio’. Era Camacho. Camacho tenía que vomitar siempre antes de cada partido, por exceso de responsabilidad», contó Valdano, que añadió que la presión se manifiesta de distintas maneras.
Los apoyos, es cierto, no faltan, como en el caso de Gomes, que recibió el espaldarazo de Sergio Busquets, uno de los símbolos del Barcelona.
«Le veo preparado para jugar por sus cualidades. Es una presión que se pone extra que al final es lo que marca», dijo el mediocampista. «Está preparado porque lo ha hecho más veces, nosotros le vamos a ayudar desde dentro y seguro que la afición también».
Sin embargo, quizá los equipos profesionales deban atender más la parte mental de sus jugadores. Así lo cree Ulf Baranowsky, por ejemplo, que forma parte del Sindicato de Futbolistas Profesionales de Alemania.
Según Baranowsky, el apoyo psicológico es obligatorio en las categorías juveniles, pero no entre los profesionales. Además, señalá que apenas el 15 por ciento de los equipos de las tres ligas más importantes de su país se preocupan por la salud mental de sus jugadores.
«La crítica a las declaraciones de Mertesacker muestra que en muchas mentes (el asunto) no se ha reconsiderado», explica el dirigente. A la par de la preparación física y de la sofisticación, el fútbol quizás deba también pensar en cuidar la cabeza de quienes lo hacen posible.
Fuente (Por Fabian Nitschmann y Hubert Kahl dpa)
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