Unicef pide que no se abandone a los niños mutilados en Siria
Colonia/Amán, 12 mar – Al menos 86.000 personas han sufrido la amputación de alguno de sus miembros como consecuencia del conflicto bélico de Siria, según un informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) publicado hoy.
Tras siete años de conflicto, los cooperantes presentan unas cifras de víctimas en Siria impactantes: ya hay más de 1,5 millones de personas con secuelas permanentes físicas o emocionales y más de la mitad de la población vive refugiada en el extranjero o se encuentra desplazada dentro de Siria.
Unicef advirtió en su nuevo informe que la falta de acceso a un buen tratamiento médico y psicológico a menudo provoca que los mutilados en Siria se recuperen más lentamente de sus heridas o a que su estado incluso empeore. Muchos de los niños afectados han perdido a su familia, por lo que en numerosas ocasiones no hay nadie que se ocupe de ellos.
Unicef trata de dar con sus proyectos en la región una nueva perspectiva a los niños discapacitados con ayudad de la música, arteterapia y con ayudas que les permiten volver a la escuela. «Calculamos que como consecuencia de esta guerra ya hay unos 750.000 niños que viven con discapacidades», dijo el director regional de Unicef para Cercano Oriente y el norte de África, Geert Cappelaere.
Según la organización, la situación de los niños ha vuelto a empeorar en el séptimo año de conflicto. «Pensábamos que ya se había alcanzado el máximo de la barbarie en Alepo», señaló el director de Unicef Alemania, Christian Schneider.
Sin embargo, la situación de los civiles en la asediada Guta Oriental, en los alrededores de la capital, Damasco, es aún peor. De los 200.000 niños que viven allí junto a sus padres, el 40 por ciento ya sufre desnutrición crónica.
Además, se estima que los distintos bandos del conflicto enviaron en 2017 a al menos 900 menores a combatir y un cuarto de los niños soldado tenía menos de 15 años. Unicef descubrió que en el mismo periodo unos 244 niños habían sido secuestrados. «Todas las partes del conflicto están involucradas en estas masivas violaciones de los derechos de los niños», denunció Cappelaere.
Después de que Unicef recaudara en 2016 8,7 millones de euros (10,7 millones de dólares) para los refugiados sirios y para la población necesitada dentro del país, las donaciones se redujeron en 2017.
La escalada de la crisis, y por lo tanto la necesidad de ayuda en Siria, han continuado creciendo. Alrededor de ocho millones de niños dependen actualmente de las ayudas. El Gobierno de Estados Unidos es el principal donante, seguido de Alemania, la Unión Europea, Reino Unido y Canadá.
La cobertura mediática de los intensos enfrentamientos en Alepo contribuyó a provocar compasión y al aumento de las donaciones. Pero por el momento no se sabe si ocurrirá lo mismo con la actual situación en Guta Oriental. De momento no se tienen datos sobre las donaciones.
El 15 de marzo de 2011 comenzó con una pequeña manifestación en Damasco un levantamiento contra el presidente sirio, Bashar al Assad, y su aparato de seguridad. Tres días después, varios manifestantes fueron abatidos en la provincia de Daraa, originándose así un conflicto que derivó en guerra civil y que continúa hasta hoy.
CP (dpa)
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