BCE mantiene tipos pero avanza el regreso a la normalidad monetaria
Berlín – A pesar de mantener invariable la principal tasa de interés en la zona euro en su mínimo histórico del cero por ciento, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, avanzó hoy el regreso a la normalización monetaria con un leve cambio en su habitual discurso que los mercados esperaban con interés.
De su tradicional comunicado sobre los tipos de interés suprimió este jueves la habitual mención a incrementar en el futuro sus compras de deuda como parte de su política ultraexpansiva iniciada en 2015, en aras de impulsar el nivel de precios y apuntalar el crecimiento económico de la eurozona.
En concreto, los banqueros centrales prescindieron este jueves de la frase que hasta ahora indicaba que la entidad estaba «preparada para ampliar el volumen» del programa de compra de activos con el objetivo de lograr que la inflación se sitúe en el nivel que el BCE considera óptimo, cercano pero inferior al 2 por ciento.
Con este gesto, se da a entender que el Consejo de Gobierno de la entidad inicia el regreso a su política monetaria tradicional. Fráncfort insinúa así que comienza a cerrar el grifo del dinero barato que puso a correr en los últimos años con numerosos estímulos y programas de liquidez.
En su reunión de hoy, en línea con las previsiones de los analistas, el BCE resolvió además mantener inalterable la principal tasa de interés de la zona euro en el cero por ciento, su mínimo histórico.
La entidad monetaria tampoco alteró la tasa negativa del 0,4 por ciento con la que penaliza a los bancos que depositan su dinero en la caja fuerte de Fráncfort.
En la rueda de prensa posterior al Consejo, al anunciar las nuevas proyecciones macroeconómicas de la entidad que apenas suponen cambios en relación a las anteriores, Draghi también se mostró optimista respecto a la expansión de la economía.
No obstante, recordó que los estímulos impulsados desde el organismo continúan siendo necesarios para que la inflación alcance el nivel considerado óptimo por el organismo, cercano pero inferior al dos por ciento.
«En relación a la inflación todavía no podemos cantar victoria. Confiamos en que la inflación convergerá en el medio plazo hacia nuestro objetivo», admitió el banquero italiano.
«Las nuevas proyecciones del BCE confirman el fuerte y amplio impulso del crecimiento en la zona euro. El ritmo de crecimiento en la zona euro se espera en el corto plazo más rápido de lo esperado inicialmente», agregó a continuación.
Para el año en curso, el BCE espera un crecimiento de un 2,4 por ciento (por encima del 2,3 por ciento del anterior pronóstico) del producto interno bruto (PIB). Para 2019 y para 2020, mantiene las previsiones de hace tres meses y cifra el crecimiento en un 1,9 por ciento y un 1,7 por ciento, respectivamente.
En relación con la inflación, los analistas del BCE estiman, al igual que en su último informe, que los precios al consumidor aumentarán un 1,4 por ciento en el presente año.
Respecto a 2019, la entidad monetaria cifra el nivel de precios de la eurozona en el 1,4 por ciento, frente al 1,5 por ciento de la última proyección. De cara a 2020, Fráncfort sitúa la inflación en el 1,7 por ciento, un nivel similar al proyectado en sus últimas previsiones.
Mario Draghi puso además en duda que los 19 países de la zona euro se puedan ver afectados de forma inmediata por la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de aumentar los aranceles a la importación de acero y aluminio.
«Los efectos colaterales inmediatos de la decisión (de Estados Unidos» no van a ser tan grandes», apostilló.
Preguntado por el próximo vicepresidente de la entidad, el español Luis de Guindos, que se convertirá en su mano derecha, Draghi se mostró convencido de que será «un colega muy bueno» y dijo que en el Consejo de Gobierno del BCE los banqueros centrales no debatieron sobre el perfil político de quien hasta ahora se desempeñaba como ministro de Economía en España bajo las órdenes de Mariano Rajoy.
El BCE ya se pronunció la noche del miércoles sobre la reciente decisión del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) de apoyar la candidatura de De Guindos como futuro vicepresidente del Banco Central Europeo.
El Consejo de Gobierno señaló que no tiene ninguna objeción al candidato propuesto, «quien es una persona de reconocido prestigio y experiencia profesional en asuntos monetarios o bancarios», de acuerdo a lo que estipulan los tratados europeos.
Con la opinión del Consejo de Gobierno y una opinión del Parlamento Europeo, el nuevo vicepresidente del BCE será nombrado por el Consejo Europeo y sustituirá a partir del 1 de junio a Vítor Constâncio en el cargo, no renovable, y cuya duración es de ocho años.
En el día Internacional de la Mujer Trabajadora, Draghi también se refirió a diferentes iniciativas que ha puesto en marcha el BCE para trabajar en favor de la igualdad pero recalcó que en el banco central todavía hay muchas tareas pendientes en este sentido.
«Tenemos que seguir trabajando en este campo y tenemos que centrarnos en cuestiones de género a la hora de contratar trabajadores (…) Estamos llevando a cabo nuevos proyectos y hemos avanzado pero menos de lo que nos gustaría», apuntó.
CP (dpa María Prieto)
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