Potenciar el talento humano: una clave para impulsar el nearshoring en Costa Rica
REDACCIÓN NOTI AMÉRICA (ECUADOR)
En los últimos años Costa Rica se ha convertido en un importante proveedor de insumos médicos para Estados Unidos. Este proceso, que sigue creciendo a pesar de las restricciones que ha impuesto la pandemia de la COVID-19, ha ocurrido gracias al fenómeno del nearshoring, que consiste en el traslado de empresas hacia países ubicados más cerca su país de origen, y a estrategias de capacitación como los bootcamps, cursos intensivos y especializados de corta duración.
Veamos de qué manera este país centroamericano ha consolidado este proceso de la mano de una legislación apropiada, unas entidades atentas y una inversión considerable en la capacitación de personal humano.
El desarrollo de la industria de dispositivos médicos
En 2020, las exportaciones de bienes de Costa Rica cerraron con récord histórico, con un crecimiento de +1,9%, a pesar de la pandemia. El sector de equipo de precisión y médico, el más importante exportador del país aporto un +8%, lo cual representa el 34% del total de bienes exportados. Asimismo, durante la pandemia las multinacionales fueron las que más empleos ofrecieron al país, más de 19.000 (el 49% del nuevo empleo neto generado por empresas multinacionales fue ocupado por mujeres). Por su parte, empresas como Nevro (Compañía global de dispositivos médicos que brinda soluciones innovadoras y basadas en información para el tratamiento del dolor crónico) y ADMEDES (el fabricante por contrato más importante del mundo de componentes auto-expandibles de nitinol -aleación de níquel y titanio- para la industria de dispositivos médicos) anunciaron inicio de operaciones en Costa Rica en 2021.
Costa Rica es uno de los tres países de la región, junto República Dominicana y México, con una historia de saldo comercial positivo en el sector de los dispositivos médicos donde las empresas transnacionales realizaron inversiones con una estrategia de manufactura para la exportación, integrando de esta manera al país en sus cadenas globales de valor. Entre 2014 y 2018, con un promedio de exportaciones en torno a los 3.000 millones dólares, Costa Rica se convirtió en el segundo exportador de la región y se encuentra entre los siete proveedores de dispositivos médicos para los Estados Unidos (CINDE, 2020).
Actualmente, los dispositivos médicos son el principal producto de exportación de Costa Rica. Según la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica, el 32% de las exportaciones de bienes del país en 2019 correspondió a equipo de precisión y médico. El sector representó el 40% de las exportaciones de las zonas francas en 2019, por delante de las tecnologías de la información y los servicios habilitados para las tecnologías de la información, que representaron el 38%. Con un aumento del 12,3% respecto al año anterior, la industria de dispositivos médicos fue la de mayor crecimiento exportador en 2019.
En Costa Rica, la industria de dispositivos médicos se desarrolló a instancias de las transnacionales y en el marco de una estrategia nacional que buscó impulsar esta industria. Entre 2000 y 2019, el número de empresas del sector instaladas en el país pasó de 8 a 72 (incluidas 12 de las 30 empresas líderes mundiales) y los puestos de trabajo se multiplicaron por 20 (de 1.500 a 29.812) (CINDE, 2020).
En la actualidad, las empresas de dispositivos médicos se dedican a la exportación y están establecidas principalmente en las zonas francas. En Costa Rica, las zonas francas pasaron de albergar servicios y fabricación de bajo valor agregado a alojar fábricas de más alta tecnología, especialmente de dispositivos médicos y servicios avanzados. Un ejemplo de esto es el caso de Establishment Labs, una empresa costarricense especializada en implantes mamarios que inició sus actividades en un garaje del barrio de Pavas en San José y que gracias a la implementación de innovación y competitividad en su negocio, ha logrado convertirse en el tercer vendedor mundial detrás de Johnson & Johnson y Allergan (Soto, 2019). En 2015 esta empresa recibió la suma de 20 millones de dólares por parte de Crown Predator Hodings y JW Asset Management, convirtiéndose así en la primera empresa costarricense que cotiza en la bolsa de Nueva York.
El desarrollo de esta industria ha permitido aumentar notoriamente la cantidad de empleos en empresas que requieren capital humano avanzado, con gran preparación, pues los productos que producen deben cumplir con los estándares de calidad del mercado de salud de los Estados Unidos (FDA) —de los más elevados del mundo—, esto ha generado efectos indirectos positivos para los actores locales. Uno de los efectos positivos es el ritmo más acelerado en la preparación de talento humano que pueda satisfacer la demanda de empleos ofrecidos por este sector.
La estrategia de Costa Rica de ser conocido como un país centrado el en desarrollo de las personas a través del potenciamiento del capital humano y talento, es la fórmula para haber superado sus propios récords en atracción de inversiones y generación de puestos de trabajo aun en medio de la pandemia. Federico Torres Carvallo, Viceministro de Ciencia y Tecnología de Costa Rica, dice al respecto que su ministerio “ha estado comprometido con la formación de capital humano cualificado, requerido por la Industria 4.0, como parte de su función de proveer conocimientos y soluciones al país. Sin duda alguna, contar con recurso humano calificado es la base del sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación costarricense, puesto que representa el mejor camino para avanzar hacia una economía basada en el conocimiento”, y añade que “el recurso humano especializado en áreas de ciencia y tecnología se ha convertido en una herramienta de atracción de inversión y de desarrollo de innovaciones, con lo cual se ha incrementado la competitividad del país y, al mismo tiempo, profesionales y técnicos con estos perfiles aumentan sus posibilidades de encontrar más y mejores empleos a corto y mediano plazo”.
Creación acelerada de talento para enfrentar el shock negativo de la pandemia en las cadenas de valor
Los cambios recientes en las cadenas globales de valor y los crecientes esfuerzos de las empresas por mejorar la resiliencia y la solidez de sus cadenas de suministro, acelerados por la crisis sanitaria, presentan una oportunidad única para países como Costa Rica. La pandemia por COVID-19 ha generado las mayores disrupciones en las cadenas globales de valor desde la Segunda Guerra Mundial. Es por esto que el nearshoring (proximidad productiva), que significa que una empresa transfiere sus negocios de vuelta al país de origen o hacia países ubicados más cerca de este, ha aumentado su relevancia significativamente en los últimos meses.
Costa Rica se ha posicionado por años en la atracción de inversión extranjera directa, y es por ello que ofrece el ambiente propicio como excelente alternativa para empresas que estén buscando relocalizar sus operaciones de manufactura o servicios en el continente americano. La ubicación geográfica, una fuerza laboral altamente calificada, una tasa de alfabetización del 98%, la estabilidad política, así como los más de 14 tratados de libre comercio suscritos, que incluyen Estados Unidos, China y Europa, un atractivo sistema de incentivos fiscales y la reciente incorporación como miembro de la OCDE, son parte de los elementos que posicionan a Costa Rica como un firme candidato para la atracción de empresas americanas que busquen hacer negocios desde una jurisdicción más afín a sus necesidades.
El BID ha sido un socio fundamental de Costa Rica en este tema. En nuestra visión 2025 se resalta que el capital humano es fundamental para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza, y un componente indispensable en la fórmula del nearshoring es justamente la inversión en capital humano y aceleración en la generación de talento.
En 2020 (en medio de la pandemia) el Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT), a través del Programa para Innovación y Capital Humano para la Competitividad (PINN), financiado con el BID y con el apoyo de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (CINDE), identificó las habilidades digitales y tecnológicas que debían tener las personas para poder ser empleadas en sectores como el de dispositivos médicos. Con el fin de satisfacer esta demanda, lanzaron una convocatoria internacional a proveedores de bootcamps de programación y una convocatoria para empresas nacionales e internacionales de capacitación. Vanesa Gibson Forbes, directora de CINDE afirma que “ha sido fundamental el poder aprovechar la experiencia y el interés de las empresas transnacionales en procurar el desarrollo de las capacidades del talento costarricense, que permita su arraigo y la diversificación de sus operaciones. En ese sentido, por medio de los distintos grupos de trabajo que coordinamos con la participación de las empresas, han logrado recoger información valiosa sobre los perfiles y las habilidades que las empresas requieren en el mercado laboral, así como los programas que mejor se han venido adaptando a los requerimientos de desarrollo de habilidades”.
El objetivo del PINN es contribuir al crecimiento de la productividad mediante el apoyo a las actividades de innovación del sector productivo y la formación de capital humano avanzado en áreas estratégicas. Las áreas estratégicas son aquellas establecidas por el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación del Gobierno de Costa Rica (PNCTI), tales como tecnologías digitales, nuevos materiales, biotecnología y energías renovables, claves para el estímulo de la innovación por parte de las empresas domésticas, la atracción de actividades de innovación por parte de empresas globales y el impulso al emprendimiento de base tecnológica.
Con estas convocatorias se buscaba recibir una oferta de entrenamiento en tecnologías digitales y afines a los sectores de alta demanda de talento del país, entre ellos el sector de dispositivos médicos, para la posterior adjudicación de becas a estudiantes y profesionales costarricenses. El fin principal era satisfacer la demanda de capital humano avanzado que impulse la competitividad e innovación en las áreas de impacto del PNCTI, fortaleciendo así el sector empresarial, acortando la brecha de género y beneficiando a zonas de bajo índice de desarrollo social, condiciones fundamentales para el desarrollo sostenible y equitativo del país.
En estas convocatorias se becaron a más de 1.200 personas por un monto US$4,2 millones, muchas de las certificaciones y bootcamps fueron enfocados para los sectores intensivos en exportación. En el caso de los bootcamps, ya hemos comentado en otra entrada de este blog que se trató de una de las primeras experiencias donde un gobierno apuesta por esta metodología disruptiva de capacitación intensiva, con el fin de acelerar la formación de talento digital de cara a la empleabilidad y reactivación económica.
Debido a la alta demanda por parte de la población, MICITT y CINDE lanzaron en marzo de 2021, con una inversión adicional de US$3,2 millones, una segunda convocatoria para bootcamps y certificaciones internacionales que benefician a más 590 personas.
Es así como, al finalizar la ejecución del PINN en septiembre de este año, el Programa habrá invertido más de US$7 millones en más de 1.800 becas de las cuales 700 (US$4,7 millones) podrán ser absorbidas por empresas como Establisment Labs, Nevro y ADMEDES.
De esta manera, con inversión en capital humano, capacitación de personal especializado y una legislación atractiva para las empresas que quieran instalarse en su suelo, Costa Rica se posicionó como uno de los destinos predilectos para las empresas norteamericanas que pretendan hacer nearshoring en los países vecinos, así como un destino posible para otras empresas tanto de la región como de otras latitudes.
Fuente: BID