NORMAS MÁS ESTRICTAS PARA AUMENTAR LA SEGURIDAD Y LA CALIDAD DE LA SANGRE, LOS TEJIDOS Y LAS CÉLULAS por Redacción
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NORMAS MÁS ESTRICTAS PARA AUMENTAR LA SEGURIDAD Y LA CALIDAD DE LA SANGRE, LOS TEJIDOS Y LAS CÉLULAS
por Redacción
La Comisión ha aprobado una propuesta de normas para que, a la hora de donar o recibir sustancias de origen humano vitales, desde la sangre hasta los tejidos y células, incluyendo también la leche materna o la microbiota, los ciudadanos dispongan de mayor seguridad.
Mediante la propuesta de nuevas normas para aumentar aún más la seguridad y la calidad de las sustancias de origen humano, la Comisión está dando un paso más hacia la construcción de una sólida Unión Europea de la Salud.
El nuevo Reglamento tendrá por objeto facilitar la circulación transfronteriza de productos sanitarios críticos y reforzará la solidaridad entre las autoridades de salud pública, garantizando al mismo tiempo que el sector pueda gestionar el suministro de sustancias críticas y promoviendo la innovación con unos niveles elevados de calidad y seguridad similares para todos los ciudadanos que donen o reciban tratamiento con estas sustancias.
Las cifras hablan por sí solas, ya que los tratamientos basados en sustancias de origen humano son de gran valor y proporcionan cada año un gran número de terapias que salvan vidas y las mejoran.
Concretamente, los pacientes de la UE reciben tratamiento con 25 millones de transfusiones de sangre para cirugía o tratamiento de traumatismos; se llevan a cabo más de 36 000 trasplantes de citoblastos para leucemias; las terapias generadoras de vida contribuyen al nacimiento de 165.000 bebés procedentes de la reproducción asistida; y las terapias para mejorar las condiciones de vida incluyen 14.500 trasplantes de córnea para restablecer la vista o 2.000 trasplantes de piel para quemaduras y otras lesiones.
Por ese motivo, la propuesta incluye un conjunto de nuevas medidas que colman determinadas lagunas y que se desarrollaron para apoyar el funcionamiento de este importante sector.
Además, la propuesta tiene por objeto abordar la preocupación de contar con un suministro suficiente, que se hizo patente por la pandemia de COVID-19.
Entre las principales novedades de la propuesta se busca mejorar la protección de los pacientes, los donantes y la descendencia, mediante una cobertura de todas las sustancias de origen humano, excepto los órganos sólidos; mejorar la protección de los receptores de terapias de SoHO, así como de los donantes de dichas sustancias y de la descendencia procedente de la reproducción asistida; el aprovechamiento de los conocimientos especializados de los organismos técnicos existentes en Europa, para mantener actualizadas las directrices técnicas; y la introducción de medidas proporcionadas y basadas en el riesgo para reforzar la supervisión nacional, así como medidas de apoyo para las autoridades nacionales por parte de la UE.
Stella Kyriakides, comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, ha declarado que, “cada año, millones de ciudadanos de la UE necesitan una transfusión de sangre durante una operación o después de un accidente, trasplantes de médula ósea para tratar la leucemia, o ciclos de FIV para ser padres. Estos son solo algunos ejemplos de la importancia de estos tratamientos, que constituyen una parte crítica de los sistemas sanitarios de toda la UE. Las normas más estrictas que proponemos hoy garantizarán que nuestros ciudadanos puedan beneficiarse de los niveles más elevados de calidad y seguridad de estos productos vitales, ya se trate de atención del cáncer o de una operación de emergencia. La COVID-19 nos ha demostrado muy claramente la importancia de contar con sistemas sanitarios resilientes, y hoy estamos añadiendo otro elemento importante a nuestra Unión Europea de la Salud”.