¿Es el momento de pensar en volver a las aulas?
Los colombianos parecemos pimpones golpeados por la administración nacional, la distrital y su majestad el coronavirus. Esta contingencia ha dejado a los ciudadanos con enormes cuestionamientos con relación a la manera en que las distintas instancias del gobierno -en cuyas manos se encuentra nuestro futuro- se comunican y sintonizan entre sí y en las prioridades que se advierten en su manera de proceder.
La reactivación económica se ha convertido en el tema más significativo de ese juego de poderes: mientras los comerciantes y, en general, los trabajadores que tienen que rebuscarse el sustento diario suplican la reapertura de sus sectores económicos y les dicen que no es seguro, se propone que los niños, que representan uno de los focos más altos de contagio (expresado por la OMS), se expongan al virus y de paso a toda su familia, aun cuando los mismos padres se han mostrado en desacuerdo con la medida. Lo más irónico es que, al mismo tiempo, los congresistas -en su mayoría- siguen defendiendo su derecho a sesionar desde casa.
Es curiosa la propuesta y toda esa campaña para la que se prestan los medios de comunicación en la que llaman expertos para indicar que los niños están padeciendo de problemas emocionales graves a causa del confinamiento y que por eso es imperativo que vuelvan a las aulas. Me llama la atención porque, dos noticias más adelante, anuncian el aumento en número de contagios y muertes por coronavirus e indican que hay que desinfectarse de pies a cabeza cada vez que se tiene contacto con el mundo exterior, porque el Covid – 19 es un enemigo invisible que acecha en los lugares más insospechados.
«Aquí se pone a prueba el amor, la paciencia y el trabajo en equipo. Pero, de ninguna forma se debe enviar a los menores a luchar solitos contra semejante monstruo»
Y no es que crea que la salud mental de los niños no es importante, de hecho, es el reto más grande que hemos tenido como familia, porque en nuestras manos está mostrarles a los pequeños que la vida a veces nos presenta situaciones difíciles que tenemos que aprender a sortear juntos. Aquí se pone a prueba el amor, la paciencia y el trabajo en equipo. Pero, de ninguna forma se debe enviar a los menores a luchar solitos contra semejante monstruo. De hecho, sería mucho más traumático para el niño tener en su cabeza por siempre que sus seres queridos se contagiaron e incluso murieron a causa del virus y que él pudo ser quien lo trajo a casa.
“Prácticamente si usted es pobre y no tiene oportunidad, pues que Dios lo acompañe, y ya”. ¡Qué triste!
Argumenta Claudia López, alcaldesa de Bogotá, que en el plan piloto que propone para finales de septiembre se dará prioridad a los jóvenes sin computador o sin conexión, e incluso propone enviar a estudiar a los niños en horario nocturno. Se me viene a la cabeza una frase que le escuché a una madre de familia: “Prácticamente si usted es pobre y no tiene oportunidad, pues que Dios lo acompañe, y ya”. ¡Qué triste!
Por otro lado, dice la alcaldesa: «enviar a los niños al colegio será voluntario, padre que considere que no, perfecto»; pero esta propuesta tiene más aristas, pues, como raro, la opinión de los docentes, que son quienes tendrán que sortear esta situación, no ha sido consultada. De hecho, no es claro hasta qué punto se hayan evaluado las condiciones de salud de los maestros, ya que no se trata de dejar en casa a los mayores de sesenta años y ya, hay circunstancias de riesgo incluso en los más jóvenes que poco se tienen en cuenta. Ahora, ¿Los profesores trabajarán con unos de manera virtual y con otros presencial? ¿con unos niños de día y con otros de noche?, ¿ya acondicionaron los colegios?,¿Cuál es el plan?
¿Por qué el 17 de junio, cuando se registraron 259 fallecimientos y 8934 contagios era impensable llevarla a cabo, pero el 10 de agosto, con 312 fallecidos y 10142 contagios se estudia esta posibilidad?
Lo que más llama la atención del pronunciamiento de la alcaldesa es su cambio de posición con respecto a la reapertura de los colegios; ¿Por qué el 17 de junio, cuando se registraron 259 fallecimientos y 8934 contagios era impensable llevarla a cabo, pero el 10 de agosto, con 312 fallecidos y 10142 contagios se estudia esta posibilidad?
Si algo ha quedado claro en estos meses es que se ha realizado un esfuerzo muy grande por asumir el desafío de seguir educando a los niños pese a las circunstancias adversas. Quizás incluyendo a todos los sectores de la comunidad educativa en la conversación se pueda llegar a un consenso más beneficioso para todos.