​El egipcio fue relegado a la suplencia en el último encuentro y el lenguaje corporal con Arne Slot confirma que su salida en enero es la opción más probable.

​Lo que parecía impensable hace unos meses es hoy una realidad latente en Anfield: Mohamed Salah tiene los días contados. El último partido del Liverpool marcó un antes y un después; ver al «Faraón» sentado en el banco de suplentes durante gran parte del encuentro ha sido la señal definitiva de que el ciclo del máximo ídolo «Red» está llegando a su fin de la manera más amarga.

​El castigo del banquillo: ¿Mensaje de Arne Slot?

​La decisión del técnico Arne Slot de no alinear a Salah como titular ha sido interpretada por los expertos como un mensaje directo a la directiva y al jugador. Tras semanas de tensiones públicas sobre su renovación, el estratega neerlandés parece estar priorizando un esquema sin el egipcio, demostrando que «nadie está por encima del club».

​Tensión en el vestuario

​Testigos en Anfield aseguran que el ambiente entre Salah y el cuerpo técnico es gélido. El jugador, visiblemente molesto por su falta de minutos en este último compromiso, no ha ocultado su frustración. Este desplante llega justo cuando Salah declaró abiertamente que el club no le ha ofrecido un contrato que esté a su altura, dejando claro que se siente infravalorado por la institución que ayudó a reconstruir.

​Enero: La fecha límite

​Con el mercado de fichajes de invierno a la vuelta de la esquina (1 de enero), la directiva del Liverpool tiene una decisión urgente que tomar. Mantener a un Salah descontento y sentado en el banco podría desestabilizar la excelente campaña del equipo. Ante esto, la Saudi Pro League ha vuelto a la carga con una oferta que permitiría al Liverpool recuperar una inversión millonaria antes de que el jugador se marche gratis en junio.

​El fin de una era

​La afición está dividida. Mientras una parte apoya a Slot por imponer disciplina, otros ven con tristeza cómo el hombre que rompió todos los récords en Anfield es empujado hacia la puerta de atrás. Lo que es seguro es que Salah no acepta un rol secundario, y si no hay titularidad asegurada, su viaje hacia el Medio Oriente es solo cuestión de semanas.