El consumo de Vitamina C es fundamental para el desarrollo y la salud de los niños desde edades tempranas

Expertos en nutrición y pediatría destacan la importancia crítica de asegurar una ingesta adecuada de Vitamina C, o ácido ascórbico, en la dieta de los niños desde sus primeros años de vida. Este nutriente esencial, que el cuerpo humano no puede producir por sí mismo, desempeña un papel vital en múltiples procesos biológicos que son cruciales para un crecimiento y desarrollo saludables.
La Vitamina C es conocida por ser un poderoso antioxidante que protege las células del daño causado por los radicales libres. Sin embargo, sus beneficios en la infancia van mucho más allá del simple refuerzo inmunológico:
Fortalecimiento del Sistema Inmunológico: Ayuda al cuerpo a combatir infecciones, como resfriados y gripes, y puede contribuir a reducir su duración y severidad.
Producción de Colágeno: Es indispensable para la síntesis de colágeno, una proteína fundamental para la formación y mantenimiento de la piel, los huesos, los tendones, los ligamentos, las encías y los dientes. Esto es vital para el crecimiento y la cicatrización de heridas.
Mejora la Absorción de Hierro: La Vitamina C potencia significativamente la absorción del hierro proveniente de fuentes vegetales (no hemo), un mineral crucial para prevenir la anemia y apoyar el desarrollo cognitivo y físico de los niños.
Salud Bucodental: Contribuye a mantener las encías sanas, ya que su deficiencia puede estar asociada con el sangrado de las mismas.
Dosis Recomendadas y Fuentes:
Los requerimientos de Vitamina C varían con la edad. A modo de referencia, la ingesta diaria recomendada (IDR) según organismos de salud internacional es:
-Niños de 1 a 3 años 15 mg
-Niños de 4 a 8 años 25 mg
-Niños de 9 a 13 años 45 mg
La mejor manera de asegurar esta ingesta es a través de una dieta variada y rica en frutas y verduras frescas. Las fuentes más destacadas de Vitamina C incluyen:
Cítricos: Naranjas, limones, mandarinas, pomelos.
Bayas: Fresas, kiwi, frambuesas.
Verduras: Pimientos (rojos y verdes), brócoli, coliflor, tomates y espinacas.
«Una alimentación balanceada que incluya estos alimentos a diario es la clave para asegurar que los niños obtengan la Vitamina C que necesitan para crecer fuertes y sanos,» afirma [Nombre/Cargo de un experto ficticio o de la organización que emite la nota, por ejemplo, Dra. Ana Pérez, Pediatra Nutricionista]. «Es importante recordar que, al ser una vitamina hidrosoluble (que se disuelve en agua), el cuerpo no la almacena, por lo que su consumo diario es fundamental.»
Se insta a los padres y cuidadores a priorizar estos alimentos en las comidas y meriendas de los niños. En caso de dudas sobre la ingesta nutricional o si existen condiciones de salud especiales, se recomienda consultar con un pediatra o un nutricionista para evaluar la necesidad de suplementos.


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