¿Quién viste a la Divina Pastora?: Manos consagradas al servicio
NOTI-AMERICA VENEZUELA
Todos los 14 de enero la imagen de la Divina Pastora, sale de su Santuario en Santa Rosa, recorre las calles de Barquisimeto hasta la Catedral, repartiendo amor y bendiciones a los feligreses que la veneran. Cada año luce un nuevo vestido para la procesión donado por un devoto al que halla cumplido un favor en agradecimiento.
También, a lo largo del año se le cambia el atuendo, y tal vez te has preguntado, ¿quién viste a la virgen? por eso el equipo de Noticias Barquisimeto se trasladó al pueblo de Santa Rosa en víspera de su visita 167 para conocer quienes llevan a cabo esta importante labor.
Justamente en el Santuario Santa Rosa de Lima, hogar de «la Pastora de Almas» nos encontramos con la señora Yajaira Sánchez, quien tiene 17 años vistiendo a la virgencita; nacida en este pueblito marcado por una tradición religiosa, siempre ha sido servidora de la iglesia, en un tiempo como catequista y ministro de comunión.
Yajaira Sánchez, tiene 17 años vistiendo a la virgen Divina Pastora
«Un día las «tres Marías» quienes vestían a la virgen anteriormente reunidas con el padre Pablo, me pidieron para vestir a la virgen», Sánchez recuerda que al inicio ella no dio un sí rotundo, porque no sabía como era. «ellas me fueron preparando poco a poco y estuve varios meses ayudándolas a vestirla, hasta que el padre dijo que ya tenía que hacerlo yo en conjunto con la señora María y la señora Ismenia».
Sanchez resalta que esta es una bendición que le ha dado Dios, «es un privilegio estar y hablar con ella, porque mucha gente quiere tocarla y su manto y yo la visto». Antes de vestir a la virgen se toman un momento para orar y continuar con su tarea, «empezamos a vestirla y a hablar con ella, se siente una paz cuando estamos en ese momento».
Uno de los aspectos más curiosos de esta labor es que incluso el Niño Jesús que la virgen lleva en brazos requiere de cuidados especiales. “A veces se pone rebelde”, comenta Sánchez entre risas, “como todo niño, y no se deja vestir, pero también hay que arreglarlo”.comenta la servidora de la iglesia, quien cuando inició con esta tarea dijo que sería por solo 5 años y ya son 17 y «será hasta que ella me lo permita».
A lo largo del año, las tres mujeres se encargan de seleccionar los atuendos de la Divina Pastora, considerando el tiempo litúrgico y los colores específicos que se deben utilizar. “Cada 22 días o antes, dependiendo de la liturgia, se le tiene que hacer un cambio extra”, explica Sánchez.
Sánchez, menciona que cuando la visten antes de su bajada del nicho para la procesión tardan un poco más en hacer el cambio, «porque los vestidos son nuevos y hay que ver todos los detalles, a veces le queda grande o ajustado».
Otra de las curiosidades es que un año antes de la procesión hubo un vestido que le llaman «el de los alfileres» ya que hubo que hacerle diferentes arreglos porque no le quedó, «aún así siempre hay una solución. a ella le luce todo, a veces pensamos ‘ese vestido no me gusta’ pero se le colocamos y le queda hermoso».
Sánchez menciona que la virgen ya tiene al menos unos 500 vestidos. le consultamos cuales eran los requisitos para vestir a la virgen y señaló que eran: ser servidoras de la iglesia, pertenecer a la Sociedad Divina Pastora y preferiblemente vivir cerca del pueblo de Santa Rosa.
La historia de Yajaira Sánchez y sus
Otra de las curiosidades es que un año antes de la procesión hubo un vestido que le llaman «el de los alfileres» ya que hubo que hacerle diferentes arreglos porque no le quedó, «aún así siempre hay una solución. a ella le luce todo, a veces pensamos ‘ese vestido no me gusta’ pero se le colocamos y le queda hermoso».
Sánchez menciona que la virgen ya tiene al menos unos 500 vestidos. le consultamos cuales eran los requisitos para vestir a la virgen y señaló que eran: ser servidoras de la iglesia, pertenecer a la Sociedad Divina Pastora y preferiblemente vivir cerca del pueblo de Santa Rosa.
La historia de Yajaira Sánchez y sus compañeras nos muestra el lado humano de una tradición profundamente arraigada en el corazón de los larenses. Su dedicación y amor por la Divina Pastora hacen que cada procesión sea un momento único y especial.
compañeras nos muestra el lado humano de una tradición profundamente arraigada en el corazón de los larenses. Su dedicación y amor por la Divina Pastora hacen que cada procesión sea un momento único y especial.
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