Un representante de Venezuela en España: Ángel Higuera y su historia de éxito
En el corazón bullicioso de Barcelona y Madrid, metrópolis donde históricamente se mezclan las culturas y sabores de diferentes destinos, se encuentra un restaurante que ha cautivado no solo el paladar, sino también el corazón de muchos: Tío Papelón, popularmente conocido como el ‘Muñecote’, este personaje que llama la atención por su traje típico venezolanos del ‘Liquiliqui’, conlleva un carisma que caracteriza al venezolano común.
Él se ha convertido en el representante venezolano en España. Fue creado por una venezolana siguiendo las ideas de Ángel, para transportar a las personas en un viaje imaginario hacia Venezuela con solo verlo.
El personaje está inspirado en Tío Simón, representante de la cultura venezolana, Ponchó del Kino Táchira y la imagen de chicha El Chichero.
Pero conozcamos más de quién está detrás de este exitoso negocio gastronómico: Ángel Higuera, un venezolano cuyo viaje es un testimonio de pura lucha, pasión y un profundo amor por su tierra.
Ángel nació en una barriada venezolana donde alimentaba sus sueños mientras disfrutaba de los platillos que su madre solía preparar en un puesto de comida ubicado en Maracay. Desde joven sintió una conexión especial con la cocina. Esta habilidad que heredó de su familia, lo llevó a participar en centenares de concursos culinarios locales.
La situación económica en su país natal lo impulsó a buscar nuevas oportunidades y un futuro mejor en España hace nueve años. Con poco más que una maleta llena de esperanzas y un amor inquebrantable por la comida venezolana, Ángel se instaló primero en Barcelona. La nostalgia por su hogar lo acompañaba, pero también la determinación de crear un lugar donde las tradiciones venezolanas pudieran ser compartidas y celebradas.
Tras meses de arduo trabajo y ahorro, logró inaugurar Tío Papelón
Un restaurante que no solo ofrecía comida, sino una experiencia auténtica y sensorial, que hacía sentir a los comensales como si estuvieran en Venezuela.
Ubicado estratégicamente -a un costado de la impresionante iglesia de la Sagrada Familia-
su propuesta principal fue la Empanda Operada, de hecho, fue pionero en el continente europeo con este platillo. Posteriormente tuvo la brillante idea de ofrecer su modelo de negocio típico al estilo arepera, sin contar con las ricas cachapas que preparan solo con maíz, además del plato de pabellón entre otros.
El nombre de ‘Tío Papelón’ nace de la combinación de dos naciones: España y Venezuela.
En suelo ibérico, Tío se le llama a los amigos, mientras que Papelón es la denominación de la bebida más refrescante y típica del país sudamericano.
Ángel no solo cocinaba; contaba historias a través de cada plato. Desde las arepas hasta los tequeños, cada bocado era un homenaje a su tierra. Ha ganado dos premios a la mejor tapa venezolana organizada por la Asocaven, ha apoyado y colaborado en varias oportunidades con asociaciones y ONG ayudando a niños en Venezuela.
Lo que comenzó como un sueño humilde se transformó rápidamente en una sensación gastronómica. Con el éxito abrumador en Barcelona, Ángel decidió expandirse a Madrid. Nada más y nada menos que junto a la plaza Callao. Otra ubicación muy estratégica. De esta manera la magia de Tío Papelón se multiplicaba y con ello, también lo hacía su compromiso de mantener viva la cultura venezolana en el extranjero.
A medida que el restaurante ganó fama, Ángel se convirtió en una figura renovadora, un embajador de su país que utilizaba su plataforma para crear un espacio donde los venezolanos pudieran sentirse en casa.
El impacto de su trabajo fue mucho más allá del aspecto culinario
Tío Papelón se convirtió en un refugio para la comunidad venezolana en España. Sus clientes no solo iban a disfrutar de la comida, sino también de la calidez y el sentido de pertenencia que allí se experimentaba. La pasión de Ángel y su equipo crearon un vínculo especial que resonaba en cada rincón del restaurante.
Ahora, con planes de franquicia, Ángel mira hacia el futuro con emoción. Sabe que detrás de cada nuevo local habrá una historia que contar y un legado que preservar. Su sueño se ha convertido en una realidad que no solo lo transforma a él, sino que también enriquece a todos aquellos que cruzan las puertas de Tío Papelón.
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