Vórtices inflacionarios venezolano y mundial, imparables Por: Isaías A. Márquez Díaz

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Vórtices inflacionarios venezolano y mundial, imparables

Isaías A. Márquez Díaz

Bajo la tendencia alcista del dólar, divisa de intecambio mundial, además de moneda refugio, que conlleva una cadena de transmisión del alza de los precios es como de hierro acerado. Las materias primas e insumos, así como la energía, aparte de los factores políticos, han ejercido un peso muy epecífico, lo que pareciera más una ley newtoniana. Pero, no económica donde todo costo, sin excepción se distorsiona gradualmente, casi a escala planetaria. Países de la CE, como España, se encuentran algo lejos de los países con hiperinflación, tal y como el caso Venezuela, donde los precios han sobrepasado hasta más de un 1.200 por ciento u otros de avances algo más “moderados”, como Argentina o Turquía, con 51 y 36 por ciento, respectivamente. Pero, con cerca de un 6,5 por ciento interanual desde diciembre, conforma parte de la delantera en Europa, donde Polonia descuella con casi un 8,6 por ciento. Sin embargo, las principales economías de la eurozona: Alemamia, Francia e Italia, con índices que oscilan de un tres a cinco por ciento, han logrado evitar desequilibrios tan fuertes, hasta ahora, pese al conflicto ruso-ucraniano.

Es así cómo la carestía de los costes de la industria todo lo contamina. Aunque los precios industriales se dispararon hasta un 88 por ciento en Irlanda; en España, el avance fue algo moderado. Pero, aun así, no dejó de escalar cerca de un 33 por ciento. Una barbaridad. Conlleva que el declive de la economía mundial continuará aun en medio de los atisbos de resilencia y reapertura de China.

Venezuela, Cuba, Haití y Surinam se encuentran agobiados por una “inflación crónica”.

En Venezuela, según el OVF la canasta básica de supervivencia ha subido poco más de un cinco por ciento en una semana ¡exasperante! Los productos alimenticios con mayor incremento han sido: cereales y granos en general, lo cual debería ser comprensible puesto que tales alimentos y fertilzantes son exportados desde la zona en conflagración y con precariedades para su despacho, todo lo cual, aun cuando distamos unos diez mil km de las áreas en conflicto, tiene su impacto directo e inexorable sobre los costes. Otra explicación equivaldría a un eufemismo para desinformar, actitud nada ética y reprochable.