Buscando los valores de la venezolanidad Por Carota Salazar Calderón
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Buscando los valores de la venezolanidad
Por Carota Salazar Calderón
En el artículo pasado pusimos en duda que los valores del oportunismo y de la viveza, que han protagonizado nuestra idiosincrasia durante décadas, sean realmente los valores de la sociedad venezolana. Preguntándonos además si más bien son los valores impuestos por las élites, que nos dominan o ¿producto de ello?
Queremos partir de la premisa que los seres humanos tenemos condiciones internas físicas, químicas, biológicas… que nos determinan, pero también las hay externas como la formación familiar, régimen y sistema político y el espíritu de los tiempos (Zeitgeist), condiciones culturales, ambientales, modas, tradiciones de una era. De tal suerte que no es sólo la crianza sino que existen otros condicionantes que terminan fomentando los valores, no de los individuos, sino de una nación.
Lo que nos lleva a preguntamos si la sociedad colonial ¿era la que soñaba con la independencia? o ¿fue un empeño de los ricos criollos de la época? Ya que éramos una sociedad dividida con intereses diametralmente opuestos, sin identidad nacional. Cuando nacimos como país independiente bajo el liderazgo del Generalato Jose Antonio Páez, jefe de la oligarquía de terratenientes, donde él era el que más tierras tenía. Cuando la Revolución Francesa y los valores de libertad, igualdad y fraternidad estaban en el conocimiento de las élites. Tiempos de oscuridad, ignorancia, sin institucionalidad, que produjo una sociedad acomodaticia, parroquial, clasista, levantista, individualista y prejuiciosa, que esperaba al más fuerte y zagas: al caudillo, para recibir del botín. Pero esos eran los valores de la ¿mujer ama de casa y sometida? del ¿esclavo azotado e indefenso? del ¿campesino hambriento? ¿No sería esa viveza, la adulancia y el oportunismo un mecanismo de sobrevivencia?
A finales del siglo XVIII pacificado el país a costa de todas las libertades civiles, con una institucionalidad, más o menos relativa con Juan Vicente Gómez, comenzó una ola de reclamos por: libertad. Tiempos de revolución industrial de sometimiento y explotación del hombre, que a la par trajo una Venezuela en colores, radio, televisión, ferrocarril, carreteras… germinando con ello un pensamiento crítico liberal de derecha y de izquierda, contra la dictadura.
La muerte de Gómez (1935) y la apertura hacia los derechos civiles, más no los políticos, con López Contreras, fueron truncados por el golpe de estado contra Medina Angarita (1945). La convicción por la democracia llevó a la Presidencia a Don Rómulo Gallegos, pero las élites militares lo truncaron (1948), lo cual nos condujo a otra dictadura tan feroz como la anterior, que termina (1959), con una sociedad sometida, en la viveza, oportunismo… pero con ansias de libertad y democracia.
El arribo de la democracia, maná de oportunidades, todo se solucionaba con ella. Comenzó con la masificación de la educación, las grandes ciudades, abandono de los campos, oportunidades, una migración europea que se conjugó con nuestra cultura… Tiempos de guerra fría condenando el comunismo y la izquierda en el mundo. Una sociedad con oportunidades de estudio y superación que permitió su profesionalización
Cuando las elecciones eran una fiesta. La abstención por debajo del 10% (1958: 7,85%; 1963: 9,15%; 1968: 5,64%; 1973: 3,48%), luego comenzó a subir en 1978 con un 12,43%; en 1983 se aproximó al 13%; en 1988 su registro fue del 18,15%; en 1993 dio un salto para ubicarse en el 39,84% y en 1998 bajó un poco para ubicarse en un 36,54%.
Un país rico en recursos naturales que disfrutaba de la renta, sin restricciones (rentista). Se enquistaron los cogollos de tal manera que los venezolanos no se sentían dueños de su destino, los gobiernos resolvían todo y si las cosas estaban mal era por culpa de ellos. La libertad se entendió como hacer lo que le diera la gana y el voto para que los demás hagan. Los que podían en la viveza y el oportunismo acomodándose al poder para ver qué les llegaba y el resto buscando su superación con su familia y sus medios, se creó una sociedad desconfiada e individualista. El resto para la próxima entrega.
Carlotasc@gmail.com @carlotasalazar
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