Hay varios factores diferentes que pueden causar manchas de pigmento.
Manchas de pigmentación
Las manchas de pigmentación son decoloraciones de la piel que pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo. Surgen cuando las células de la piel producen melanina extra (pigmento). El color de las manchas puede variar de marrón muy claro a negro. A menudo no son más grandes que unos pocos milímetros cuadrados.
Causas
Las manchas de pigmento pueden tener múltiples causas:
1. Luz del sol
En muchos casos, las manchas de pigmento se desarrollan más adelante en la vida debido al proceso de envejecimiento o la exposición excesiva a la luz solar. A menudo aparecen en lugares visibles en el cuerpo, como la cara, la escisión o las manos, ya que han estado más expuestos a la radiación UV.
2. Hormonas
Los desequilibrios hormonales también pueden causar manchas de pigmento. Usar píldoras anticonceptivas o estar embarazada puede hacer que las hormonas femeninas, el estrógeno y la progesterona, conduzcan a la sobreproducción de pigmento. Es por eso que especialmente las mujeres embarazadas suelen tener manchas en la cara, lo que a veces también se denomina “máscara de embarazo”.
3. Condiciones médicas
Las decoloraciones de la piel también pueden ser el resultado de ciertas enfermedades. Las personas que sufren de vitíligo, por ejemplo, no producen ningún pigmento en ciertas manchas, lo que hace que aparezcan manchas blancas en la piel. Los trastornos metabólicos o las deficiencias de vitamina C también pueden causar la aparición de manchas de pigmento. La quimioterapia o los antibióticos también pueden causar decoloraciones.
¿En qué consiste el tratamiento?
Los tratamientos más empleados son dos: las exfoliaciones químicas y la laserterapia. El primero consiste en aplicar una solución ácida en la zona afectada para eliminar capas superficiales. Estos productos químicos generan ampollas en la piel y, por último, la exfoliación, apareciendo por debajo una piel nueva, uniforme. El segundo es la laserterapia. Tiene casi el mismo efecto que el primero pero es más precisa, ya que el dermatólogo tiene mayor control en el tratamiento. Es una técnica que permite “disparar” las zonas afectadas con luz de alta intensidad. Hay tratamientos más ligeros, que actúan solo en la epidermis cutánea o capa superficial, y otros más intensos que penetran en las capas más profundas.
No obstante, estos tratamientos, a pesar de ser los más empleado nunca están exentos de ser ligeramente invasivos para la piel, y más dependiendo de cada tipo de piel. Esto hace que puedan irritar, inflamar o quemar la piel, lo que supone una hiperpigmentación postinflamatoria. Hay otros tratamientos que han ido surgiendo en los últimos años: hidroquinona, arbutina, ácido kójico, derivados de la vitamina C, derivados de ácido retinoico, ácido azelaico o el B-resorcinol o butilresorcinol, así como el aceite de jojoba, el zumo de limón o la ingesta de una dieta sin azúcar, que son factores eficaces ante la hiperpigmentación.
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