Integración Turística Centroamericana Por: Dr. Ronny González, Ph.D.
Integración Turística Centroamericana
Dr. Ronny González, Ph.D.
Agosto, 2019
La región centroamericana vive momentos de desafíos importantes en áreas como: la económica, fronteriza, migratoria, política, de seguridad, social e ideológica, así como de cambios estructurales que motivan a la siempre esperanza de la integración en torno a ellos.
Desde los originarios años de vida independiente, Centroamérica se caracterizó por la búsqueda de su propia versión de la historia. Historia que encaminó múltiples esfuerzos por lograr lazos de cordialidad diplomática y de estabilidad social local y regional.
Las transformaciones de las estructuras de gobierno y sus consecuentes procesos de crecimiento y madurez comercial y económica, generó los primeros espacios de integración y de una globalización cada vez más permeable en la vida productiva de los países.
Centroamérica, sin embargo, sigue enfrentando muchos rezagos con respecto a otras regiones del continente y del orbe.
El barómetro de la Organización Mundial de Turismo, proyectaba 1.400 millones de turistas en el 2020, cifra que fue superada en el 2018 con 1.403 personas que llenaron aeropuertos, puertos, trenes y similares.
Este incremento no se reflejó en Centroamérica ni el Caribe, únicas subregiones del mundo en mostrar índices de retroceso. El centro del continente pasó de 11,1 millones en 2017 a 10,9 millones en 2018.
Entre las causas de este fenómeno se atañe a la crisis en Nicaragua, país que proyectaba el mayor crecimiento económico de la región para el 2018. No obstante, la región ha logrado mantener activa su dinámica turística a pesar del conflicto.
Al igual que antaño, el calor humano y el cuido sobre los recursos naturales, son dos de las características que afloran a Centroamérica como destino de preferencia turístico.
Las comunes barreras que países centroamericanos interponen para la creación de proyectos regionales, pareciera que ceden en el tema de turismo. La visitación de los propios centroamericanos representa en la mayoría de los casos, el mayor mercado turístico cautivo. En 2018, el 58% de los turistas en El Salvador fueron centroamericanos, en el caso de Guatemala la cifra fue del 50%. Para Costa Rica las cifras le representan casi la cuarta parte de su ingreso turístico, un 22,9%.
Dichas cifras evidencian que la región central del continente está activa e interconectada. Características que motivan a que los gobiernos puedan crear espacios de diálogo y trabajo en conjunto para atender desafíos tan actuales y potencialmente peligrosos como el fenómeno migratorio.
Pocas veces en la historia de Centroamérica, la migración ha condicionado la dinámica regional al punto de experimentar cambios significativos en las políticas de asistencia y regulación de Estados Unidos hacia dichas naciones.
Es momento, para que las políticas públicas y regionales se consoliden y permitan mayores alianzas estratégicas para el movimiento de turistas de una frontera a otra, con la garantía de derechos fundamentales, mayor seguridad y de disminución de burocracia y corrupción fronteriza.
Las regionales evolucionan, y Centroamérica debe dar el salto como lo hicieron “los tigres asiáticos” décadas atrás. Las cámaras empresariales y turísticas deben más que nunca, ver más allá de sus propios valles y montañas, proyectarse y mirar al patio del vecino centroamericano, el cual, será la clave para vender la región como un destino atractivo para el turismo. No sólo vender el destino país, sino el tour regional.
Es un buen momento para Centroamérica, momento que debe ser marcado por la cooperación y el bienestar común, los cuales provocarán indudablemente, en mayores réditos a nivel país y por consiguiente en la hermosa región.
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