Trump recibe a la esposa de Guaidó y llama a Rusia a irse de Venezuela
Con información de AFP
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llamó el miércoles a Rusia a retirarse de Venezuela, después de que Moscú enviara el fin de semana pasado aviones con personal y equipos militares en «cooperación» con el gobierno de Nicolás Maduro, cuya autoridad Washington desconoce. «Rusia tiene que irse», afirmó Trump, al recibir en la Casa Blanca a Fabiana Rosales, esposa de Juan Guaidó, reconocido por Estados Unidos y más de 50 países como presidente interino de Venezuela. Trump insistió en que «todas las opciones están sobre la mesa» para presionar por la salida de Maduro, una frase que viene repitiendo desde hace meses al ser consultado sobre una eventual intervención estadounidense en Venezuela, pero que esta vez pronunció con gran énfasis. «En este momento están bajo mucha presión. No tienen dinero, no tienen petróleo, no tienen nada. No tienen electricidad», dijo Trump sobre Venezuela, afectada por un masivo apagón desde el lunes, poco después de la peor falla eléctrica de su historia, que duró casi una semana. «Aparte de militar, no se puede tener más presión de la que tienen… Todas las opciones están abiertas», señaló.
Rosales fue recibida en la Oficina Oval como la «Primera Dama de Venezuela», en el marco de los esfuerzos de Trump para respaldar a Guaidó, quien en su condición de jefe parlamentario invocó el 23 de enero la Constitución para declararse presidente encargado, con miras a encabezar un gobierno de transición y organizar nuevas elecciones. «Estamos con ustedes al 100%», le dijo Trump a Rosales, una licenciada en comunicación social de 26 años.
La esposa de Guaidó, quien el jueves se reunirá en Mar-a-Lago, Florida, con la primera dama estadounidense, Melania Trump, destacó la gravedad de la situación en su país. «Venezuela está pasando por una crisis muy grave», dijo, atribuyendo la muerte de niños por falta de luz, comida y medicinas a la «terrible dictadura» de Maduro.
– Esposa de Guaidó teme por su vida –
«Temo por la vida de mi esposo», agregó Rosales, al denunciar un «atentado» contra Guaidó la víspera, así como el «secuestro» la semana pasada de su jefe de gabinete, Roberto Marrero, detenido por agentes de inteligencia de Maduro, entre otras acciones de acoso al círculo más cercano del líder opositor.
El martes, la caravana en que viajaba Guaidó en Caracas fue violentada al salir de la sesión de la Asamblea Nacional (Parlamento), un ataque condenado por Washington, que dijo estar vigilante ante la acción de «las pandillas armadas e ilegales de Maduro conocidas como colectivos». «Estos actos de intimidación no podrán retrasar lo inevitable: el restablecimiento pacífico de la democracia, la estabilidad y la prosperidad del pueblo de Venezuela», declaró el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo. La esposa de Marrero, Romy Moreno Molina, presente en la Oficina Oval, relató la detención de su marido la madrugada del jueves pasado y dijo no tener comunicación con él.
Poco antes de encontrarse con Trump, Rosales se reunió con el vicepresidente Mike Pence, un abierto crítico de Maduro, quien también pidió al gobierno de Vladimir Putin dejar de apoyar a Maduro. «Estados Unidos ve la llegada de aviones militares de Rusia este fin de semana como una provocación inoportuna, y hoy hacemos un llamado a Rusia para que cese todo apoyo al régimen de Maduro y respalde a Guaidó con las naciones de este hemisferio y de todo el mundo hasta que se restablezca la libertad», urgió Pence. «Nicolás Maduro tiene que irse», subrayó.
Moscú confirmó el martes el envío de militares para ampliar la «cooperación» entre Moscú y Caracas, «con pleno respeto a la legalidad», según declaró la portavoz de la cancillería. Rusia, que es junto con China uno de los principales acreedores de la multimillonaria deuda externa de la otrora potencia petrolera, se opone a la campaña de Washington contra Maduro. Putin ha ordenado antes a sus fuerzas militares, o paramilitares, ingresar en escenarios conflictivos para desafiar las estrategias de Estados Unidos, especialmente en Siria y Ucrania.
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